La Policía detuvo ayer a dos personas sospechosas de haber provocado uno de los incendios que han arrasado extensas áreas del sureste de Australia y causado la muerte de 181 personas, mientras la situación de los fuegos mejora gracias a la lluvia.
"Estamos trabajando infatigablemente en esta investigación. Hemos hablado con varios sospechosos. Hay que ir haciendo encajar todas las piezas de las pruebas y recoger información de los distintos grupos para incluirla en nuestras investigaciones", manifestó la jefa de la Policía de Victoria, Christine Nixon. Estos detenidos pueden ser condenados a 25 años de cárcel por provocar incendios forestales.
El caso, bautizado Phoenix (Fénix), parte del planteamiento de que los fuegos tuvieron seis orígenes distintos y dos de esos comienzos apuntan a comportamiento malicioso. La Policía sospecha que el de la zona de Churchill fue provocado y todavía no tiene claro cómo surgieron las llamas en la zona de Marysville, una de las poblaciones calificadas de zona cero y donde se teme que hayan fallecido al menos 100 de sus 519 habitantes, aunque hasta la fecha sólo se tengan 15 cadáveres.
Sospechosos. Las detenciones de las dos personas se practicaron después de que los agentes detectaran una actividad sospechosa al norte de la ciudad de Melbourne, la capital del estado de Victoria.
Las fuerzas de seguridad también buscan a dos sujetos que merodeaban por la zona de Beechworth el martes por la noche cuando unos pirómanos prendieron dos fuegos, que pudieron ser controlados con la rápida intervención de los bomberos. En Beechworth ayer continuaba activo un incendio.