Comienza la recta final para la adjudicación de Cajasur, entidad andaluza que fue intervenida por el Banco de España ante su paupérrima situación financiera y el fallido intento de que se fusionara con Unicaja. Esta última, dijeron ayer diversas fuentes financieras, es una de las finalistas en una subasta que se resolverá esta misma semana.
Su principal rival hasta ahora era el Banco Sabadell, pero el incidente de la reunión de sus directivos con el ex presidente de Cajasur Santiago Gómez Sierra y quien fue su mano derecha, Santiago Cabezas, pone al supervisor en una difícil situación, dado que aunque su oferta es buena, podría haber impugnación por parte del resto de entidades interesadas si al final se le adjudica a la entidad catalana.
Tanto en los pasillos de la caja que preside Braulio Medel como en los del Gobierno regional existe el "convencimiento" de que Cajasur pasará finalmente a manos malagueñas. "Al Cabildo de Córdoba [fundador de la entidad cordobesa] le saldrá el tiro por la culata", comentan las fuentes, en referencia a su negativa a la unión con Unicaja y su petición de quedar bajo el amparo del fondo de rescate bancario (el FROB) y, por tanto, del Banco de España.
A Unicaja, además del respaldo expreso de la Junta de Andalucía -que a otras fuentes financieras no gusta porque podría interpretarse como una prueba más de la politización de las cajas de ahorros, algo que rechaza el órgano regulador-, le avalan el conocimiento de Cajasur -durante diez largos meses negoció la fusión- y el hecho de ser una de las entidades españolas con mejores indicadores en cuanto a la fortaleza de capital se refiere, y que son los que más importancia tomarán con la nueva contabilidad internacional (Basilea III) y al valorar las emisiones de deuda.
No en vano, la relevancia de esos índices es tal que incluso tendrían más notas que el exceso de red y plantilla que generará la futura operación. "Hay que tener en cuenta que la reestructuración del sector financiero español trata de hacer entidades fuertes, no entidades que deban afrontar ajustes adicionales a la larga", explican fuentes financieras, quienes se preguntan si, con el tiempo, el Sabadell mantendría el compromiso de garantizar la plantilla.
Pero el banco catalán, también en proceso de absorción del Guipuzcoano, sentencia que va a por todas y que la cordobesa será una pieza "clave" a la hora de expandirse por Andalucía, mercado que considera estratégico. Junto con ese compromiso laboral y el de reforzar la actividad en Córdoba, la oferta del Sabadell queda apuntalada por su renuncia a solicitar recursos del FROB -Unicaja sí necesita dinero externo, y en su día reclamó mil millones de euros al Fondo de Garantía de Depósitos- y sus buenas ratios de capital. "Objetivamente, Banco Sabadell es la solución más competitiva", indican en la entidad catalana.
Hay otra cuestión que se debe tener en cuenta y que atañe al tema laboral. En efecto, si Unicaja se queda con Cajasur, el próximo otoño podría diluirse el peso del sindicato Aspromonte, que hizo piña con la Iglesia para evitar la fusión con la malagueña, ya que están convocadas unas elecciones sindicales de las que UGT y CCOO saldrían como centrales reforzadas. Éstas, proclives a Unicaja.
Mientras, BBVA, Banca Cívica, BBK y Cajasol -Caja Madrid optó por no presentar una oferta vinculante a Nomura, banco que asesora en la subasta- completan la lista de las entidades interesadas en Cajasur, si bien según las fuentes consultadas estiman que parten en peor posición. BBK, cuya propuesta es convertir la corbobesa en un banco, resta puntos.
Unicaja y Cajasol, que al final no consiguieron pactar una oferta conjunta por Cajasur, acordaron vincular las que presentaron en solitario, aunque sin especificar en qué términos. Y es que la malagueña confía de lleno en adjudicársela, mientras que a la sevillana le vendría al pelo la cordobesa para hablar de tú a tú con aquélla de cara a eventual alianza que diera lugar a la gran caja andaluza.
