Cultura

Eduardo Trassierra: «El aprendizaje del flamenco sigue siendo un poco arcaico»

El guitarrista sevillano presenta en el marco del ciclo Los Jueves Flamencos su nuevo trabajo, ‘Rara avis’, en el que incorpora un vasto espectro de sonidos en un atrevido formato de trío

el 30 oct 2014 / 12:00 h.

Imagen _MG_6471 copiaweb El padre de EduardoTrassierra compró una modesta guitarra gracias a su trabajo en la recogida de algodón, e iba de Villaverde del Río a Cantillana para aprender a tocar. Su hijo, un virtuoso de las seis cuerdas, lo cita como su primer maestro. Pero en su formación también cuentan experiencias con la música barroca, con la sefardí y con la ópera. Esta noche, a las 21.30 horas en el Centro Cultural Cajasol, en el marco de Los Jueves Flamencos, el sevillano mostrará su costado más jondo para presentar Rara avis, su disco recién salido de fábrica, en el que actúa en formato de trío con el bajo eléctrico de Pablo Pradas y la percusión de Andrej Vujicic. «Desde hace tiempo escuchaba mucho jazz», recuerda, «y siempre me ha gustado ser un músico minimalista, y no tanto de quinteto o sexteto, como se lleva en el flamenco. Pero no fue fácil, tuvimos que estudiar mucho para que todos los patrones entraran bien». En todo caso, este nuevo material «no se ha compuesto en el estudio para luego llevarlo al directo, sino al contrario» Tan devoto de Pat Metheny, Sylvain Luc, George Benson o Mailes Davis como de Vicente Amigo, Gerardo Núñez o Cañizares, Trassierra promete una noche esencialmente flamenca, aunque con abundante improvisación, a través de un repertorio que integrará alegrías y granaína, tanguillos, un vals flamenco, bulerías con Oruco, tangos con la voz de José Ángel Carmona, un clásico del jazz como Night in Tunisia de Dizzy Gillespie, soleá por bulería –con Pastora Galván al baile–, rondeña, rumba y, según adelantan, un bis sorpresa. Sobre el título del álbum, el guitarrista explica que «escucho muchos tipos de música, y todo lo filtro, lo que me convierte en cierto modo en un raro. Yo mismo me digo a veces, ‘hay que ver las cosas que me gustan a mí, ¿eh?’», comenta, y sobre los parámetros que sirven para juzgar actualmente a los intérpretes, cree que hay una revisión pendiente de hacer: «Sigo viendo el flamenco un poco arcaico, sobre todo en la forma de aprender. Estudiar a tu antecesor es obligatorio en cualquier disciplina, para un músico como para un científico, pero parece que en el toque tienes que ir solo y ser un monstruo desde joven». Por otra parte, Trassierra se reveló desde muy pronto como un talento extraordinario, y le sigue gustando recordar aquel Giraldillo Joven que obtuvo en 2002, imponiéndose a uno de los colegas de su generación que más admira, Dani de Morón. «Con los años se ve todo con otra perspectiva, y Dani es hoy otro Dani. Está en un momento impresionante», dice. «Yo en aquella época seguía siempre a Paco. Hay una edad en la que no puedes componer nada, estás absorbiendo cosas y las ideas no surgen de la nada, tienes detalles de unos y de otros. ¿Qué ha pasado desde entonces? Pues han pasado doce años, una formación en guitarra clásica y miles de horas de estudio». A su lado, Pastora Galván asiente: «Desde que lo escuché en la Bienal me interesó Eduardo, pero en lo último que le he visto estaba mucho mejor, más pellizcado. Siempre me había parecido un intérprete como técnico y frío, pero escuchándole en el ensayo he entendido que ha cambiado muchas veces su técnica». Finalmente, el percusionista Andrej Vujicic, que lleva doce años al lado del guitarrista, cree que el proyecto plasmado en Rara avis «aporta una frescura que no tiene mucha gente», asegura. Por último, Manuel Herrera, coordinador de Los Jueves Flamencos, se refirió a la continuidad del ciclo como un hecho, aunque la duda reside en su ubicación. «Hasta el día 6 estaremos en el Centro Cultural Cajasol, pero no tengo ni idea de las negociaciones sobre el espacio... Teóricamente, deberíamos mudarnos a Chicarreros, pero en ese caso habrá que arreglarlo. Es la pregunta del millón», concluyó.

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