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El aceite peregrina hasta la Meca

Cuando los peregrinos que van a visitar la piedra santa de la Meca entran en el país donde está, Arabia Saudí, se les entrega una bandeja con una bolsa con sal, pan y aceite de oliva con sabor de Andalucía, producido por la empresa La Española, de Dos Hermanas.

el 15 sep 2009 / 20:22 h.

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Cuando los peregrinos que van a visitar la piedra santa de la Meca entran en el país donde está, Arabia Saudí, se les entrega una bandeja con una bolsa con sal, pan y aceite de oliva con sabor de Andalucía, producido por la empresa La Española, de Dos Hermanas.

De ahí que no sea de extrañar que en La Española conozcan los cultos que rezan en el sagrado libro de los musulmanes, el Corán, tales como el mes del Ramadán o la Fiesta del Cordero, fechas en la que las ventas se doblan o se triplican. La empresa afincada en Dos Hermanas exporta al año unos 800.000 litros de aceite para los peregrinos a Tierra Santa, repartidos en pequeñas latas de 125 centilitros, por lo que se estima que se pueden vender alrededor de dos millones de envases al año.

Sergio Antón, director de Desarrollo Corporativo de Aceites del Sur, se sorprende de lo aprendido desde que la compañía se relaciona con los países del Golfo Pérsico, como por ejemplo el hecho de que los peregrinos, cuando van en avión a Arabia Saudí, justo antes de llegar, se metan en el servicio y salgan con una toalla alrededor de la cintura y otra cubriendo la espalda, ya que "en teoría deben pisar el terreno sagrado limpios y puros", según relata.

Los exportadores que distribuyen su producto por la Meca o Medina (ciudad donde está enterrado Mahoma), cuentan que el Corán no dice específicamente que hay que dar este producto, pero sí que el profeta bendijo el olivo como un árbol sagrado, ya que por tradición o costumbre milenaria se viene ofreciendo este alimento, que a veces se usa para hacer masajes o para rociarse el pelo y evitar así que éste se queme ante el fuerte calor del desierto.

Negocios. El director de Desarrollo Corporativo resalta sus buenas relaciones en el comercio con musulmanes, porque "para ellos los españoles no son exactamente europeos: ellos se expandieron por Andalucía y por Italia, así que nos tienen en muy buena estima".

"En la misma Meca hay un bulevar que se llama Al-Andalus, territorio de Andalucía en época árabe", recuerda, aunque también reconoce que a raíz de los atentados terroristas en Estados Unidos del 11-S sí que hubo reticencias y problemas con los clientes, aunque tampoco afectaron considerablemente a las ventas de sus productos en el entorno. "Nosotros nos adaptamos a la realidad de los países con los que comerciamos", subraya.

Por ejemplo, el logotipo tradicional de La Española es una mujer con una canasta de aceitunas en su cabeza. Sin embargo, los musulmanes no veían bien que una aceitunera anunciara el producto y por eso, para el comercio árabe, se cambió el logotipo por un olivo y una rama del mismo árbol.

Otro de los asuntos que puede perjudicar a la multinacional en este territorio es el comercio con Israel. En principio los judíos no tienen problemas con que comercien con musulmanes, pero a éstos, en ocasiones, no les gusta que negocien con israelitas, si bien desde la empresa no entran a valorar este tema.

En definitiva, se trata de un negocio sólido y seguro, puesto que las tradiciones religiosas suelen perdurar mucho a lo largo del tiempo, y hacen que dos millones de latas de aceite de Dos Hermanas peregrinen a la Meca cada año. Este 2008 no será una excepción cuando se terminen de cerrar las cuentas, y de nuevo, el sabor de Andalucía llegará hasta la otra punta del mundo.

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