Hasta ahora, la constructora de la obra del parking de la Universidad, Ingeconser, está pagando de hotel 4.000 euros al día, mientras que el alquiler de los pisos le saldrá por alrededor de 246.000 euros.
Las 41 familias desalojadas por las grietas provocadas por las obras del aparcamiento de la Escuela de Enfermería vivirán en pisos alquilados (se mudarán a lo largo de julio) durante un año a un precio entre 500 y 600 euros mensuales, de ahí que se vayan a pagar unos 20.500 euros al mes durante doce meses. Un dinero que tendrá que poner, finalmente, la aseguradora de la obra.
Así lo explicaron ayer el concejal de Bienestar Social y delegado del distrito Macarena, Enrique Lobato; el gerente de Urbanismo, Miguel Ángel Millán, y el vicerrector de Infraestructuras de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez, quienes se reunieron ayer con los vecinos. Ante la buena sintonía, el portavoz de los afectados, Bernabé García, anunció que, por ahora, no recurrirán a la vía judicial, si bien no lo descartan si se producen incumplimientos, por ejemplo, en los plazos dados ayer.
Millán aseguró que en quince días estará bastante avanzado el estudio del suelo (geotécnico) y de los edificios que no están desalojados y que en la segunda quincena de julio estarán listas las conclusiones. Por eso, en unos diez días habrá otra reunión para informar del avance en los trabajos, que ya comenzaron.
Así, hasta la segunda quincena de julio no habrá un calendario para el arreglo de los pisos desalojados, donde los técnicos no trabajarán hasta que no se retiren los enseres.
"Los alquileres serán por el plazo de un año para no quedarnos cortos", apuntó Millán tras afirmar que es "difícil" calibrar cuánto tiempo estarán los vecinos fuera de sus casas. En un principio, el Consistorio anunció que el retorno sería, como mínimo, dentro de seis meses.
Por su parte, Ramírez apuntó que lo mejor es continuar lo más rápido posible la construcción del parking para dar "estabilidad" al entorno y descartó la modificación del proyecto para rebajar el número de plantas del subterráneo (de dos pasó a cuatro con la anterior constructora, Teconsa, para rentabilizar el proyecto).
Por ahora, según el vicerrector de Infraestructuras de la Hispalense, se ha registrado un "buen comportamiento estructural" de los edificios que rodean el parking y se estabilizó el comportamiento de las pantallas. Además, informó de que la mayor parte del gasto que se está generando por el desalojo lo está pagando la constructora, si bien la Universidad costea, por ejemplo, las comidas. "Finalmente -dijo- lo pagará todo las aseguradoras".
Los afectados pueden elegir el piso arrendado
Los vecinos desalojados de la Renfe pueden elegir el piso de alquiler, incluso en otro barrio si así lo desean por motivos familiares o laborales. El objetivo es aligerar el proceso. Dos personas mayores, de 82 y 84 años, incluso se han ofrecido a compartir piso. Así lo indicó el delegado del distrito Macarena, Enrique Lobato, quien anunció que los primeros realojados serán los vecinos de los bajos (los técnicos necesitan que estén vacíos), con niños o movilidad reducida y las personas mayores. De las 110 personas afectadas, unas diez estarían en ese grupo.
La atención de la Universidad es tal que hasta hay menús especiales para familias musulmanas y personas a dieta por enfermedad. Este fin de semana, se les servirá la comida en el CAR, donde habrá actividades para los niños. "No queremos que tengan un mal recuerdo", dijo Lobato.
