Una gran cascada a modo de fuente corona la entrada a uno de los barrios más populares de Alcalá de Guadaíra: Rabesa. La nueva construcción supone un cambio significativo para el barrio, pero sobre todo lo dota de mayor seguridad. Toñi Susi, presidenta de la asociación de vecinos de Rabesa, explica que los habitantes se sienten muy satisfechos con los trabajos llevados a cabo, especialmente “por lo necesarios que eran, por motivos de seguridad, ya que el talud se encontraba en muy mal estado y hacía peligrar la estabilidad de las viviendas”.
En este sentido, la representante de los vecinos asegura que “el cambio de estética también supone mucho para un barrio siempre necesitado de dotaciones y que ahora cuenta con algunas de las mejores de la ciudad, como es el caso de la comisaría de la Policía Nacional o el nuevo ambulatorio”.
La cascada era una obra necesaria por el mal estado en que se encontraba el talud que da acceso al barrio. Según el informe técnico de la obra, este terraplén contaba con varias partes que se habían vencido y se habían desplazado en dirección hacia la avenida suponiendo un serio peligro de derrumbe. Del mismo modo, otra parte del talud tenía una cimentación muy precaria, lo que también hacía temer posibles desprendimientos. Por estos dos motivos el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra decidió intervenir en el lugar para sujetar y cimentar debidamente los muros, una actuación integral que costó 471.083,76 euros financiados por el Gobierno de la Nación.
Posteriormente, se llevaron a cabo obras de adecentamiento, instalándose terrazas ajardinadas alrededor de una gran y espectacular fuente. Ésta cuenta con una longitud de 40 metros y una altura de otros cinco. Desde ella cae una cascada a un foso de unos 40 centímetros. Por supuesto, la fuente cuenta con un circuito de economización de agua y depuración que le permitirá mantener la misma cantidad. Estos trabajos supusieron un coste adicional de 183.199,24 euros.
Las obras forman parte de la reurbanización de la travesía, que cuenta igualmente con una rotonda nueva de acceso a dicha barriada, así como con la reorganización de los parterres distribuidores del tráfico y la ordenación de los aparcamientos.
La intervención fue financiada con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL), un plan anticrisis, y está previsto que culmine dentro de unos días. En ella intervinieron 54 trabajadores del municipio con nuevo contrato, mientras que otros 50 mantuvieron el suyo.
