Las cuentas de un solo mes bastan para explicar el pulso interno existente en el Ayuntamiento desde hace años y agravado en el presupuesto de 2010 -el ejercicio de los recortes en las administraciones- para encontrar una solución al gasto en las productividades. En noviembre de 2009, el Ayuntamiento desembolsó 1,2 millones de euros extra para poder mantener sus servicios ordinarios de Policía y Bomberos. Estas cantidades se ingresan al margen de un sueldo que oscila entre 29.000 y 50.000 euros brutos al año y basándose en un sistema voluntario que provoca que se puedan dar casos en los que el Ayuntamiento abona 3.000 y 4.000 euros a una sola persona por servicios realizados fuera de su turno. Todo esto en un mes, noviembre, en el que no se celebra ninguna de las tres festividades que incluyen un plan especial de productividades al aumentar las necesidades del servicio: la Feria, la Semana Santa y las fiestas navideñas.
El desglose de estas productivades explica cómo se alcanzan estas cantidades. Para poder prestar los servicios mínimos de bomberos, el Ayuntamiento tuvo que pagar en el citado mes de noviembre 427.581 euros a 348 de los componentes de la plantilla que trabajaron fuera de su turno. El resultado, una media de 1.200 euros para cubrir la ausencia del personal necesario. En el caso de la Policía, el Consistorio llegó a abonar 366.691 euros para comprar descansos de unos 570 agentes para cubrir las necesidades básicas -unos 652 euros de media- y desembolsó 366.691 euros para conseguir que unos 550 agentes cubrieran las noches de los fines de semana y participaran en el dispositivo antibotellón -unos 650 euros por persona-. Si a esto se le añaden otros conceptos menores el resultado son 1,2 millones de euros. Y no es un hecho aislado. Entre septiembre -mes en el que sólo trabajan una tercera parte de la plantilla de Policía- y octubre, el gasto en productividades rozó los 1,7 millones de euros.
Al cierre del ejercicio, estas situaciones -derivadas de la falta de plantilla y de una reestructuración paralizada desde hace años- provocan todo un desajuste en las cuentas municipales. El coste de la plantilla municipal, con más de 5.000 personas en nómina, fue en 2009 de 209 millones de euros. En ese ejercicio, las horas extra incrementaron hasta un 7% el gasto global en la plantilla. Pero si el foco se centra en los dos servicios que tienen un mayor coste para las arcas locales, el porcentaje en productividades es de casi un 15%: los servicios ordinarios de Policía cuestan 50,7 millones de euros, los de Bomberos, 22 millones, y las horas extra abonadas durante el ejercicio al menos 13,7 millones.
Esos son los cálculos en los que se basa ahora la Delegación de Recursos Humanos para presentar la enmienda a los presupuestos para pedir 14 millones. Con la plantilla actual, que el Ayuntamiento no quiere aumentar, sin 14 millones de euros en productividades no se pueden garantizar determinados servicios. Sin al menos 3,6 millones de euros al año hay que reducir la presencia policial los fines de semana -opción que ya se ha planteado formalmente aunque no se ha llegado a materializar-; sin al menos 1,9 millones de euros no se pueden atender la Feria y la Semana Santa; sin un mínimo de 1,2 millones de euros no se puede poner en marcha el plan de tráfico de Navidad; y sin 4,7 millones de euros no se pueden establecer las guardias mínimas del servicio contra incendios.
Pese a esto, Hacienda asegura tener la decisión tomada ya: se recortarán las productividades. Los sindicatos quieren también que se reduzcan y que se aumente la plantilla. Así lo han expresado tanto UGT y CCOO como el Sppme que ha manifestado en repetidas ocasiones que se realizan más horas extra de las recogidas en convenio y ha pedido más plantilla. Lo mismo ha hecho el SPB en Bomberos.