¿Quién le iba a decir al alcalareño de a pie que la Cruz del Inglés, el famoso cruce por el que transita buena parte del tráfico de Alcalá de Guadaíra, guardaría relación con un coronel inglés que combatió en la Guerra de la Independencia española? Casi dos siglos después de su muerte y tras el arduo trabajo de investigación de Leandro José de Flores, más conocido como el Padre Flores, se supo que justo allí fue enterrado el teniente coronel John Scrope Colquitt. La solución de ese enigma llevó al día de ayer, cuando Alcalá homenajeó a este personaje con un monolito justo en el lugar en el que recibió sepultura el 5 de septiembre de 1812.
Al acto, organizado por la delegación de Patrimonio del Ayuntamiento y la asociación La Cruz del Inglés, no faltó nadie: familiares del teniente coronel, que vinieron directamente de tierras inglesas; miembros del ejército británico y del regimiento de Granaderos, junto a las autoridades municipales y miembros de la asociación. El homenaje se desarrolló primero en el salón de plenos, donde el alcalde, Antonio Gutiérrez Limones (PSOE), expresó su gratitud a todos por contribuir a recuperar parte de la historia de la ciudad.
"Es el reconocimiento a un héroe y, a través del mismo, los alcalareños recuperamos las señas de identidad", indicó el regidor, que añadió que John Scrope Colquitt encarna "la lucha por la libertad, precisamente en un año en el que se conmemora el Bicentenario de la Guerra de la Independencia".
Tras ese discurso, todos se desplazaron al mismo cruce de caminos, donde se estrenó un monumento diseñado por el arquitecto y miembro fundador de la asociación La Cruz del Inglés Francisco José López Martínez. La altura del monumento supera los tres metros y cuenta con una leyenda en inglés y español. Al lado del monumento, los familiares pudieron dejar una ofrenda de flores para recordar a este coronel, que nació en la ciudad inglesa de Liverpool pero que el 5 de marzo de 1811 participó en la Batalla de la Barrosa (Cádiz), en la que resultó gravemente herido. Ya en septiembre de 1812, las columnas inglesas reciben la orden de marchar a Alcalá para tomar control de la villa abandonada por los franceses y así restablecer el suministro de pan de la capital. El 5 de septiembre de 1812, fallecía a consecuencia de una fiebre muy alta y era enterrado en un campo abierto, entre salvas en inglés, bajo una cruz, a la entrada del pueblo.
Entre los topónimos más característicos del callejero alcalareño está desde entonces la conocida como Cruz del Inglés, antiguo cruce de caminos situado en sus orígenes a las puertas de la población, que fue incorporándose al tejido de la ciudad hasta situarse en nudo de primer orden. Con este homenaje se inicia un programa que centra la mirada en la Alcalá de 1812, con las XI Jornadas de Patrimonio y la exposición La Cruz del Inglés: 200 años de leyenda urbana, que acoge el Museo de la Ciudad a partir de mañana.