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El cuarteto industrial Renault, Airbus, Portland y Siderúrgica urge el dragado

El Consejo Económico y Social de Sevilla concibe una declaración de urgencia para evitar la fuga de empresas. El documento calca la postura de patronal y sindicatos, se ciñe a la economía e ignora la amenaza de la Unesco.

el 26 jun 2013 / 23:55 h.

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Un buque amarrado mientras efectúa tareas de carga y descarga en las instalaciones del Puerto de Sevilla. Un buque amarrado mientras efectúa tareas de carga y descarga en las instalaciones del Puerto de Sevilla. / Javier Díaz Los empresarios y sindicatos sevillanos llevan meses advirtiendo de que sin dragar el río Guadalquivir para así dar entrada a buques de más tonelaje que los actuales hasta las mismas puertas de la capital, grandes compañías industriales aquí asentadas o frenarán sus planes de expansión o recogerán sus bártulos y se largarán, con la consiguiente sangría laboral y económica. Hasta ahora habían mantenido la prudencia para no dar más nombres que los consabidos del grupo automovilístico Renault y el fabricante aeronáutico Airbus, que sí han manifestado públicamente la necesidad de emprender el proyecto para abaratar sus costes de logística (transporte). Pero a estos dos nombres se agregan otros tantos en un documento que el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) aprobará este viernes en su pleno: se trata de la cementera Portland Valderribas y Siderúrgica Sevillana, ambas ubicadas en la localidad de Alcalá de Guadaíra. “La competitividad y la continuidad de sus planes de expansión, e incluso el posible cese de actividad de algunas de ellas, están vinculadas a la disponibilidad de las mejoras de navegabilidad de la Eurovía del Guadalquivir”. Así reza el informe de la comisión creada ex profeso para abordar una declaración institucional sobre la “revitalización” del río, y que surge de la creciente preocupación de los agentes sociales, quienes recientemente hicieron piña con la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento de Sevilla para defender una profundización del cauce que suma una década paralizada y suscita una gran polémica por su impacto ambiental en el estuario, en especial sobre Doñana. No en vano, el CESS se pronunciará justo una semana después de que la Unesco instara al Estado español –la autorización última depende del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente– a no consentir el dragado por sus negativos efectos sobre ese parque nacional, que está considerado Patrimonio Mundial y que podría –hasta ahora sólo es una amenaza– entrar en su lista negra de reservas naturales en peligro y, por tanto, perder la prestigiosa catalogación de carácter internacional. Pero la declaración del CESS, un órgano consultivo del Consistorio conformado por representantes de UGT, CCOO, patronal CES, organizaciones de consumidores, asociaciones vecinales, Cepes (cooperativas y sociedades laborales), otros expertos y miembros de los grupos políticos con representación municipal, no hace apenas referencia a la problemática medioambiental, y ciñe, pues, su análisis al factor económico y laboral. Sólo recuerda, de hecho, que en su día –hace ya diez años– el proyecto sí obtuvo la positiva Declaración de Impacto Medioambiental (DIA) y que en el dragado “confluyen intereses económicos, sociales, territoriales y ambientales que deben compatibilizarse e integrarse en un plan de actuación que no puede demorarse por más tiempo”. Es más, habla de que la Eurovía del Guadalquivir es “la única opción viable de que dispone Sevilla y su área metropolitana para acercarse al cumplimiento de los compromisos [ambientales] de Kioto”. Tan tajante postura de respaldo al dragado del Guadalquivir podría traer fisuras al seno del CESS por tres razones. La primera, al ser una declaración institucional que calca la posición común de empresarios y sindicatos, materializada recientemente en una plataforma de defensa del proyecto. La segunda, por contradecir los discursos que mantienen PSOE e IzquierdaUnida, que rechazan la obra si antes no se emprenden sus correcciones ambientales. Y la tercera, al haber convocado su nuevo presidente, Joaquín Revuelta García, un pleno extraordinario para abordar la cuestión, algo no habitual. El documento del CESS critica la “parálisis importante por parte de las administraciones competentes para desarrollar en su totalidad” la modernización de las infraestructuras portuarias, y recuerda que el dragado estaba previsto tanto en Plan Estratégico Sevilla 2010 como en el de Sevilla 2020. Considera, además, que el Puerto puede ser uno de los principales motores de la economía de la capital y de su área metropolitana, y referente en el sur de Europa, y que hay que llevar al Puerto conexiones con las futuras líneas de Metro o la SE-40. “La actitud pasiva de las administraciones está poniendo en peligro importantes dotaciones presupuestarias concedidas ya por la Comisión Europea. Sevilla no puede permitirse perder una inversión de tamaño volumen. Y no caben más retrasos ni más excusas”. Se vaticina, además, que la mayor navegabilidad del cauce traerá inversiones y empresas “atraídas por la ventaja competitiva del transporte y la ubicación”. Las referencias a la parálisis administrativa son constantes. “Sevilla no está en disposición de enzarzarse en luchas políticas que no benefician a nadie”. Se apela al consenso en favor de la “marca Sevilla”. “Confiamos en no tener que esperar a finales de 2015”, concluye. Mientras tanto, entre las grandes compañías citadas, Portland ha reducido producción y bajará plantilla, Siderúrgica tiene ya aprobado un ERE pero no ha entrado aún en vigor, Renault Sevilla también ha bajado su actividad y Airbus mira hacia otros lugares del mundo.

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