Un demoledor informe del Defensor del Pueblo Español ha puesto en duda las condiciones del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla, insistiendo en que carece de espacio suficiente y mobiliario adecuado, y en sus deficientes condiciones higiénicas, algo que la dirección del centro se ha apresurado a desmentir mostrando cierta perplejidad. Según el psiquiátrico penitenciario, las críticas están fuera de contexto y no tienen en cuenta las mejoras que se están realizando, muchas de ellas en las instalaciones, donde se han creando zonas ajardinadas y de ocio "para lograr espacios más cálidos".
El Informe Anual de 2009, al que tuvo acceso Europa Press, afirma que el centro sufre una "severa carencia de espacio" desde su inauguración, pese a que se le han ido incorporando añadidos.
El defensor, Enrique Múgica, destaca la "penosa impresión" que le produjo durante su visita que algunos internos estuviesen tumbados en el suelo del patio, dormitando a media mañana, y subraya que la higiene de los enfermos no era la más deseable.
Los funcionarios informaron al defensor de que se encargan de que los enfermos se duchen "al menos una vez por semana", lo que para esta institución, que insiste en el "aspecto desaseado" de muchos, "no parece suficiente".
El director del Psiquiátrico , Sergio Ruiz, consideró ayer que las acusaciones se han sacado de contexto, ya que están imbricadas en los problemas que genera la enfermedad mental. Ruiz dijo que la medicación hace que los internos se queden a veces dormidos, pero insistió en que el personal trata siempre de evitar que ocurra. Respecto a la limpieza, aseguró que los trabajadores son tan conscientes de las dificultades para que los enfermos mentales asuman su higiene personal que no dejan de repetírselo, hasta el punto de haber creado un grupo de mediadores de salud, integrado por diez o doce enfermos con menor deterioro y cierta autonomía personal, que han sido formados para asumir la importancia de la limpieza y que, desde hoy mismo, iniciarán una labor de concienciación con los demás internos.
El defensor del Pueblo, sin embargo, reclama un "mayor celo" de la administración y afirma que, aunque una de las actividades terapéuticas trata de que los internos adquieran hábitos de higiene personal, "no parece que de momento dé los frutos deseables".
Además, Múgica señala en su informe que el comedor, que también hace las veces de sala de día, presenta "un aspecto poco cuidado". Lamenta la falta de detectores de humos o que nunca se haya realizado un simulacro de situaciones de emergencia, y la falta de divisiones internas en el interior del psiquiátrico.
En ese sentido, Ruiz aseguró que "aunque todo es siempre mejorable", el centro informó a la oficina del Defensor de las mejoras previstas en las instalaciones, alguna de las cuales ya se ha llevado a cabo, como una renovación completa de la escuela. Ruiz explicó que el hospital tiene 179 internos y en torno a 130 trabajadores: medio centenar son funcionarios de vigilancia y el resto personal de tratamiento, incluidos cuatro psiquiatras, cuatro médicos, ocho enfermeros, cuatro supervisores, 20 auxiliares de enfermería, un psicólogo, dos educadores, tres terapeutas ocupacionales, monitores de cursos de formación y hasta una peluquera, por lo que la ratio se acerca al de un trabajador por cada uno enfermo, ya que precisan una atención constante.
La memoria anual también recoge que una sola maestra cubre todas las ofertas de educación de adultos, una competencia que depende de la Junta pero que el centro considera suficientemente cubierta. Por último, sobre el protocolo de búsqueda de recursos para los enfermos próximos a ser excarcelados, el defensor dice que no es "inusual" que no se les encuentre un sitio para vivir y "no quede más remedio" que recurrir a su internamiento involuntario.