La crisis afecta no sólo a los bolsillos, sino que también eleva los casos tratados por drogadicción. La Diputación de Sevilla llega a esa conclusión tras comprobar que el año pasado creció un 9,7% el número de personas que se sometieron a un tratamiento para hacer frente a sus adiciones. Y más de la mitad de los 14.030 pacientes se encontraba en el paro, cuando un año antes, en 2008, tan sólo suponía el 44%.
El balance de la red provincial de atención a las drogodependencia en 2009 deja a las claras que la coyuntura no contribuye nada a remitir esta cifra, que ya creció hace dos años –en el inicio de la crisis– un 9,18%. El aumento también se percibe con los tratamientos iniciados en la provincia, un total de 4.541 casos y un 3,75% más que en 2008. La mayoría de estos nuevos casos se han detectado, como es normal por el número de población, en Sevilla, que acapara un 39%, seguida por Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Écija, Coria del Río y Los Palacios y Villafranca. También se detectan numerosos casos en la cornisa del Aljarafe.
“Una situación de crisis agrava el aumento, sin decir por ello que sea la única causa”, remarcó ayer el presidente de la institución provincial, Fernando Rodríguez Villalobos. La teoría fue refrendada después por la asesora técnica del Centro Provincial de Drogodependencia, Encarnación Aguilar, quien aclaró que, ante la falta de dinero para adquirir drogas, los ciudadanos se replantean su situación y optan por acudir a uno de los 29 centros que hay repartidos por la provincia.
El perfil de los pacientes es el de un hombre parado de 37 años y consumidor de heroína o rebujado. Pero en este punto también está influyendo la crisis. Pese a que la heroína y el rebujado siguen siendo las sustancias más consumida (31%), el alcohol es la segunda adicción, superando a la cocaína.
La asesora técnica precisó que la bajada de tres puntos en los casos de cocaína se asocia igualmente a la crisis, al tratarse de “una droga cara”. Tanto es así que la mayoría de casos tratados por cocaína son pacientes que tienen un puesto de trabajo. Dada la posibilidad de que se disparen los nuevos tratamientos de cara al futuro, el presidente garantizó que la red, que cuenta con 144 profesionales, está preparada para asumir “un crecimiento racional y moderado” y si al final es mayor de lo previsto, “se responderá con un aumento del personal y los medios materiales”.
Si bien las drogas más consumidas son la heroína, el alcohol y la cocaína, el presidente quiso lanzar un mensaje de prevención sobre los efectos del cannabis, que es la adicción más frecuente entre los jóvenes, con una media de edad de 25 años. “No hay percepción social de riesgo al dar la impresión de ser una droga inocua, pero los estudios apuntan a su peligrosidad, en especial en edades tempranas”, remarcó.
Y es que la drogodependencia supone, según los técnicos del estudio, un problema grave de salud mental, ya que uno de cada cinco casos tratados sufre algún tipo de deterioro psíquico. El programa quiere mitigar el aumento de casos con medidas preventivas, como continuar las charlas en colegios y asociaciones, crear un portal y colaborar con los consistorios en la coordinación de los planes locales sobre drogas y adicciones.