El concejal del municipio malagueño de Benalmádena Manuel Crespo, detenido y puesto en libertad tras ser denunciado por su pareja por presuntos malos tratos, aseguró ayer que no dejará su acta de concejal pese a que así se lo solicitó el alcalde, Enrique Moya, quien ha decretado la retirada de todas las delegaciones municipales al edil.
Crespo justificó su decisión en que su acta es del Grupo Independiente de Benalmádena (GIB), por el que accedió al consistorio, aunque después pasó a formar parte del PP poco antes de apoyar la moción de censura contra el socialista Javier Carnero. Sí ha pedido la baja "voluntaria" del PP "para no afectar al partido" y puso su cargo en las delegaciones a disposición del alcalde para "no perjudicar", pero insistió en que el acta no la dejará porque espera que todo se resuelva pronto.
"No tengo nada que ocultar ni soy culpable de nada", defendió, y apuntó que "son temas personales de cada familia" sobre los que no se quiso manifestar. El concejal, que está en libertad con cargos y con una orden de alejamiento, será juzgado el 1 de julio.
Desde el PP de Málaga , el presiente provincial, Elías Bendodo, instó a "confiar en la presunción de inocencia de todo el mundo" y subrayó que "mientras que no se celebre juicio no es la función de un partido político precondenar a nadie". En función de la sentencia, el partido actuará.
