Si quiere saber lo que se está cociendo en los hornos de las tres facultades de Bellas Artes de Andalucía (Sevilla, Granada y Málaga), tiene una cita en la Fundación Valentín de Madariaga (avenida de María Luisa s/n, en el antiguo pabellón de EEUU de la Expo de 1929). Allí se inaugura hoy Biunic 2015, la primera edición de un proyecto que nace con vocación de continuidad y periodicidad bienal para mostrar la producción de estudiantes del último año del grado de Bellas Artes o que estén embarcados en su tesis. Para el debut han sido seleccionados 12 artistas de los 90 que enviaron su dossier, cada uno aportando varias obras, con lo que la suma total de las que pueden verse hasta el 15 de marzo supera el medio centenar.
Juan Ramón Rodríguez-Mateo e Iván de la Torre, comisarios de Biunic. / J.M. Paisano
Iván de la Torre, comisario de la muestra junto a Juan Ramón Rodríguez-Mateo, explica que Biunic nace como «plataforma de impulso» para artistas que dan sus primeros pasos y que todavía mantienen relación académica con las universidades. El punto de partida fue la constatación de que cada facultad tiene su pequeña sala de exposiciones, «con una oferta interesante pero endogámica, no hay itinerancia». Planteada la posibilidad de que una muestra de un estudiante de Sevilla pueda verse en Granada y Málaga y viceversa, surgieron problemas administrativos y presupuestarios capaces de desanimar al más pintado, lo que llevó a la actual fórmula: la coordinación se hace desde fuera del ámbito académico (la asume Laboratorio de las Artes) y colaboran las tres facultades y la Fundación Valentín de Madariaga, que abre sus puertas para acoger la iniciativa.
Con esta experiencia se pretende que los estudiantes no sólo exhiban su trabajo, sino que además aprendan a desenvolverse en el que va a ser su mundillo profesional preparando su propio dossier (que tiene que contar con la firma de un profesor) y seleccionando sus obras. De ahí también que no se haya querido que en esta muestra colectiva haya muchos participantes, para que cada autor pueda presentar varias piezas tras superar un proceso de elección en el que también ha intervenido un jurado ajeno al ámbito académico.
La idea, en definitiva, es que Biunic «sea un escaparate y que vengan cazatalentos» como galeristas y gestores, que sea una «correa de transmisión de los nuevos lenguajes». ¿Y por dónde caminan estos nuevos lenguajes? Pues por «una vuelta a lo pictórico y con mucha introspección, mucha mirada interior, son obras silentes y calladas que se encaran con el espectador de tú a tú, estableciendo una relación íntima». Y de ello, queda dicho, se encargan 12 artistas recién salidos del horno: Luisa Alba, Joaquín Araújo, Javier Artero, Ana Barriga, Manuel Casellas, María Dávila, Mar Gascó, Alejandro Ginés Lozano, José Manuel Martínez Bellido, Federico Miró, Belén Moreno y José Luis Valverde.
La conclusión es que «hay cantera de artistas, y muy buena e interesante», como demuestra también que la selección no fue precisamente sencilla. Son artistas, remacha Iván de la Torre, «con interés por la imagen pública y por el autorreconocimiento interior». Y como no hay nada como ver las cosas por uno mismo, puede visitar la exposición de martes a viernes de 10 a 14 y de 17 a 20 horas, sábados y domingos de 10.30 a 14.30 y lunes de 10 a 14.
