Cofradías

El estreno de las hermanas deberá esperar un año más

el 05 abr 2012 / 21:57 h.

La quinta en sumarse a la lista de hermandades que no hacían la estación de penitencia en las calles de Sevilla fue la Quinta Angustia. La quinta de la nómina de un Jueves Santo, otra vez, del desencanto. El estreno atrasado ya el pasado año por la lluvia volvió a retrasarse y las hermanas nazarenas sólo pudieron consolarse con la bella imagen del Santísimo Cristo del Descendimiento y María Santísima de la Quinta Angustia en la abarrotada parroquia de la Magdalena, con mucho público y tres pasos, los del Calvario y el de la Quinta Angustia.

A las siete y ocho minutos de la tarde de ayer, 22 minutos antes de su hora de salida, ya había paraguas abiertos entre la multitud de cofrades y devotos que esperaban bajo los árboles ante el templo en la Magdalena. El temor ya era grande y la sensación pesimista. Los pronósticos no eran buenos y, por desgracia, se cumplieron. La lluvia avaló la dura decisión de no salir un año más. Sus 520 nazarenos volvieron a casa. Algunos de ellos ya salían de la parroquia a las 19.22 horas y decían con el dedo que no a los periodistas que esperaban la decisión final a las puertas del templo. El pasado año, la mala noticia se supo media hora antes.

Las hermanas nazarenas no pudieron estrenarse, de nuevo. La rabia se mezclaba con la tristeza, aunque la lluvia, no fuerte pero constante durante la tarde, hacía más fácil asumir la dura decisión de Beltrán Vargas Zúniga, hermano mayor de La Quinta Angustia. Era evidente que el Jueves Santo se quedaría en blanco, o en negro, ya que el luto imperó en una jornada de Pasión y mantilla.

Ante el paso del sobrecogedor misterio se podían ver las caras de decepción de los hermanos. Un año más, María se quedaba sin poder enfundarse su antifaz para hacer su estación de penitencia. A su madre se le acabaron las ideas para animarle porque el repertorio era el mismo que el de 2011: "Venga, el próximo año será". Pero tampoco fue. A la tercera será la vencida. Lo cierto es que la hermandad, fruto de la unión de dos cofradías, la del Dulce Nombre de Jesús de 1572 y la de la Quinta Angustia, fundada en 1500 en el convento del Carmen, no pudo celebrar que se cumplen 425 años de la llegada a su actual capilla del Dulce Nombre de Jesús haciendo estación de penitencia hasta la Catedral.

Los nazarenos con sotana, capa y antifaz morados no salieron a la calle y los sevillanos se quedaron sin ver bajo el cielo al Cristo atribuido a Pedro Roldán (siglo XVIII) y a la Virgen esculpida por Vicente Rodríguez-Caso Giménez de Aragón en 1934.

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