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El fracaso escolar tiene solución

el 01 may 2012 / 19:41 h.

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El programa Encrucijada de Caminos contra el fracaso escolar, que se incluye dentro del Plan de Desarrollo Local en Zonas Vulnerables de la Diputación de Sevilla, está triunfando. Desde que se puso en marcha en el curso 2004-2005 ha obtenido unos resultados excelentes: prácticamente el 99% de los estudiantes de segundo y tercero de ESO que se han beneficiado de este proyecto han concluido sus estudios obligatorios. En este tiempo, a este plan se han acogido casi 300 alumnos sevillanos. El año pasado se trabajó con 20 escolares de los institutos Carmen Laffón y Locus Solis, de La Rinconada y Sanlúcar la Mayor, respectivamente.

En un principio, según Manuel Moreno, delegado en Sevilla de la ONG Batá, la organización que se encarga de ejecutar el programa, se comenzó a trabajar con chicos en riesgo de exclusión social y con un alto grado de absentismo escolar, "pero más adelante, ya en 2009-2011, el proyecto se adaptó hacia alumnos con bajo rendimiento y en riesgo de no concluir sus estudios obligatorios, pero que tenían claros sus objetivos y bien definido el trabajo que querían desarrollar".

De esta forma, a los chicos seleccionados se les planteó realizar prácticas en empresas del sector al que se querían dedicar en un futuro, pero a cambio de acudir al instituto y de mejorar su actitud en las clases.Para ello, el programa tiene dos partes. En la primera, que va de septiembre a enero, una persona de la ONG trabaja con ellos media hora a la semana, unos encuentros en los que se orienta al joven y en los que, según Moreno, el chico se abre porque la persona con la que está en contacto no pertenece a su entorno.

Con esta fase se consigue motivar al alumno y su regulación en el centro. La otra fase es la de las prácticas. Trabajan en las empresas del sector que los chicos demandan durante cuatro horas a la semana y por la tarde, para que no pierdan clases.Con estas dos patas, según explica Moreno, se motiva a los jóvenes para que concluyan sus estudios obligatorios y además les sirve para darse cuenta de lo que es trabajar, "porque muchos se fijan en que el que tiene un empleo maneja dinero, pero no se dan cuenta de que tener un trabajo también exige responsabilidades". En este sentido, recuerda que realizaron un vídeo con un chico que trabajaba de albañil en el que contaba su experiencia laboral y lo cansado que terminaba, lo que le impedía a veces incluso salir con sus amigos, y "este testimonio fue muy importante, porque los que querían dejar de estudiar para irse a trabajar cambiaron de idea".

Por su parte, la que ha sido orientadora del instituto Carmen Laffón y que ha trabajado mano con mano con la ONG Batá, Ana Galán, también valora de forma muy positiva la iniciativa, "porque ofrece a los alumnos la posibilidad de acceder al mundo laboral y de tener unas prácticas tuteladas en empresas".Galán remarca que, aunque la segunda fase del programa tiene prácticas, a los alumnos se les exige acudir al instituto, porque insiste en que el objeto del proyecto es que los jóvenes que se benefician de él concluyan los estudios obligatorios. Pero si por parte de los responsables del programa están satisfechos con este plan, las empresas o entidades donde los chicos han realizado prácticas también están contentos con la experiencia.

Una responsable de la biblioteca municipal de Sanlúcar la Mayor indicó que el chaval que trabajó con ellos mostró mucho interés y les ayudó en determinadas labores. De forma similar se pronunciaron en el taller Delgado Motor, también de Sanlúcar la Mayor, donde indicaron que algunos de los chavales que han realizado prácticas con ellos les siguen visitando.

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