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El golf gana terreno

La Junta contenta a la patronal y elimina trabas a nuevas inversiones

el 15 jun 2010 / 19:11 h.

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"El campo de golf es una oferta turística de champion". Ese es el nuevo lema del Gobierno andaluz, que aprobó ayer por fin una reforma de la normativa vigente que elimina trabas a la creación de nuevos campos de golf en Andalucía. El decreto se ha llevado más de dos semanas en el cajón del Consejo de Gobierno. Tuvo que ser revisado para no dañar a proyectos ya en marcha. Actualmente hay un centenar de campos en Andalucía, la mayoría en el litoral malagueño y gaditano.


A pesar de que el consejero de Turismo y Deporte, Luciano Alonso, insistió en que no se rebajan las garantías en la concesión de nuevas licencias, el nuevo marco legal recoge todas las demandas que vienen realizando los empresarios. Se posponen los informes medioambientales (se ahorra así costes al empresario), se eliminan trámites legales y restricciones urbanísticas. Además la Junta pone fecha de caducidad a los proyectos una vez que se aprueben. Se deberá ejecutar la inversión en un plazo concreto, según la dimensión del proyecto.


Lo más llamativo es que las restricciones en el crecimiento urbanístico y de población impuestas por el Plan de Ordenación Territorial (POTA) pasarán a la historia. Se permitirá así, justificó Turismo, que los pueblos pequeños y del interior opten a esas instalaciones. Los nuevos campos de golf no tendrán que estar contemplados previamente en los planes urbanísticos subregionales. Un dato lógico si se tiene en cuenta que sólo nueve municipios del litoral y trece del interior tienen aprobados estos planes.
En plena crisis, el Gobierno andaluz ha matizado mucho sus posiciones.

En 2008, aún con la burbuja inmobiliaria intacta, cambió la normativa para evitar que estas instalaciones deportivas se convirtieran en una excusa para edificar grandes complejos residenciales sujetos a menos controles urbanísticos. Los adosados del golf proliferaron por la costa andaluza. En aquel momento, la Junta endureció la normativa. De hecho, esa norma le costó, además de fricciones dentro del Gobierno entre Obras Públicas y Turismo, una guerra con la patronal, que se quejó amargamente de esas condiciones. La Junta finalmente reculó y bajó el listón. Se creó la figura del campo de golf de interés turístico, con menos trabas y sin viviendas, sólo con hoteles. Aún así, la patronal no se mostró del todo satisfecha y ha seguido denunciando los numerosos obstáculos a estas inversiones. Hasta que el Gobierno andaluz ha cedido. Desde 2008 no se ha aprobado ninguna nueva instalación.


La Junta justifica estos cambios porque Andalucía, avisan, debe plantar cara a la oferta del Norte de África, con Marruecos, Turquía e incluso Argelia en el punto de mira, y el Algarve de Portugal. El Gobierno andaluz espera dar luz antes de julio a dos nuevos campos de golf, uno en Jaén -provincia en la que sólo existe una instalación- y otro en Cádiz. La bondad del clima andaluz permite jugar al golf todo el año. Este turista (más de 370.000 el pasado año) gasta casi el doble que la media (en total, 500 millones de euros).

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