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El inicio del consumo de alcohol y tabaco baja a los 12 y 13 años, según un estudio

El informe revela que las mujeres beben, fuman y toman más tranquilizantes que los hombres.

el 15 jul 2010 / 17:56 h.

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Los adolescentes se inician en el consumo de sustancias adictivas como el tabaco y el alcohol a una edad cada edad más temprana, en concreto alrededor de los 12-13 años, según los datos del estudio 'Los adolescentes malagueños ante las drogas: la influencia de la inteligencia emocional' elaborado por el Laboratorio de Emociones de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga (UMA).

El estudio, financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, ha sido elaborado por los profesores Desireé Ruiz-Aranda, Rosario Cabello, José Martín Salguero, Ruth Castillo, Natalio Extremera y Pablo Fernández Berrocal.

La novedad del trabajo es que por primera vez se incluye la edad de 12-13 años en este tipo de investigaciones, además de incluir el análisis de la inteligencia emocional de los adolescentes como factor de protección ante el consumo de drogas. La muestra parte de 1.467 alumnos de entre 12 y 18 años que cursan Secundaria y Bachillerato en varios centros escolares de Málaga.

CONCLUSIONES

El libro destaca entre sus conclusiones que el alcohol y el tabaco son las sustancias más consumidas por los adolescentes malagueños, seguidas por el cannabis. En concreto, el 41,2 por ciento de los adolescentes encuestados reconoce beber alcohol y el 29,9 por ciento dice que fuma.

Por sexos, beben más mujeres que hombres, un 42,2 por ciento de chicas frente al 34,9 por ciento de chicos en el año 2007 y también fuman más ellas que ellos y toman más tranquilizantes.

En este sentido, el estudio aconseja tener en cuenta el patrón diferencial de consumo en función del género para poder desarrollar programas de prevención más ajustados a las características psicológicas de los consumidores.

Por otro lado, otras sustancias como la cocaína bajan el porcentaje de consumo "alguna vez en la vida" al 1,3 por ciento de los encuestados y la heroína también encuentra un porcentaje de adolescentes que la han probado "alguna vez", con un 0,4 por ciento.

El estudio evidencia que aquellos individuos con alta inteligencia emocional registran un menor consumo de sustancias adictivas, por lo que, "aquellos programas dirigidos a la prevención de consumo de drogas incrementarían su efectividad si tuvieran en cuenta variables como la inteligencia emocional".

En este sentido, el catedrático de Psicología, Pablo Fernández y la profesora Desireé Ruiz-Aranda destacaron "la necesidad" de incluir programas relacionados con el desarrollo de la inteligencia emocional en las escuelas, compatibles con su función académica y cognitiva.

El libro, editado gracias a la colaboración del Centro Unesco de Campo de Gibraltar, fue presentado hoy por el director de Secretariado de Bienestar Social de la UMA, Pedro Montiel; el delegado de Educación de Málaga, Antonio Escámez; el jefe de Servicio de Acción e Inserción Social de la Delegación Provincial para la Igualdad, José Jesús Bonilla; y los coautores Desireé Ruiz-Aranda y Pablo Fernández Berrocal.

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