Una corte de apelaciones de EEUU dictaminó el pasado jueves que los servicios de protección infantil que rescataron a 460 niños que vivían en el rancho de una secta poligámica en Texas carecían de pruebas suficientes para demostrar que estaban en peligro. La decisión respalda a 38 madres de menores que desde hace semanas tratan de recuperar la custodia de sus hijos.
Las familias pertenecen a la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una secta que vivía en un rancho en El Dorado (Texas) y donde, según las autoridades, se forzaba los matrimonios con adolescentes. Ante el peligro de abusos sexuales, el 4 de abril las autoridades entraron por la fuerza y rescataron a más de 400 menores, que quedaron bajo la tutela estatal.