Juan Espadas ya no sólo es el candidato de la dirección provincial, es desde ayer, oficialmente, el del PSOE andaluz. Y lo que parecía más complejo hace sólo unos meses, es la principal apuesta de las agrupaciones socialistas de la capital. Según él mismo recuerda, cuando le propusieron ser cabeza de lista planteó que sólo lo haría si se lograba un acuerdo en torno a su nombre; si no era el candidato de la dirección provincial, sino del partido y de sus militantes. Mientras hasta las direcciones más críticas aplauden ya como se está encauzando un proceso especialmente delicado, el partido se atreve incluso a presumir de consenso en una de las organizaciones más heterogéneas y divididas del mapa socialista.
“En el resto de capitales, nuestra máxima será que pase lo mismo que con Espadas, que se logre la unanimidad en torno al candidato”, proclamó ayer el secretario general de los socialistas andaluces, Rafael Velasco, en alusión a la división y la amenaza de primarias en ciudades como Málaga, Granada, Almería o Cádiz. Ninguna de estas capitales, en las que el PSOE acumula varios mandatos en la oposición, tiene aún candidato. La dirección regional sólo ha hecho una excepción, la de Sevilla, que se formalizó ayer con la designación por unanimidad de Juan Espadas como candidato a la Alcaldía de Sevilla a la espera de su ratificación a mediados de julio por parte del comité federal del PSOE.
La relevancia de Sevilla y la incertidumbre generada en torno al relevo de Alfredo Sánchez Monteseirín y a una posible salida del regidor antes de la finalización del mandato –opción frenada por la dirección regional del partido– obligaron al PSOE a adelantar la jugada y poner el nombre de Juan Espadas encima de la mesa. Lejos de la división existente en otras capitales, las agrupaciones de Sevilla –siete de las cuales habían mostrado su apoyo a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis– optaron por cerrar filas. Una a una han ido recibiendo, escuchando y mostrando todo su apoyo al candidato y a la dirección provincial. La semana pasada fueron las bases de Triana o de Este; esta semana le toca el turno a Miraflores –ayer–, Pino Montano y Macarena –que ayer recibía también a la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo para debatir sobre los recortes frente a la crisis–.
La dirección regional celebraba ayer en su ejecutiva un proceso más tranquilo de lo que muchos preveían: “Es la mejor persona para capitanear la candidatura y por eso ha sido ratificado por unanimidad. La ejecutiva provincial ha hecho un magnífico trabajo por la cohesión y la unanimidad en todas las agrupaciones locales”, apuntó el secretario general del PSOE-A.
Espadas quería tener este consenso cerrado antes de otoño, cuando arrancarán dos procesos delicados. Por un lado, internamente, una compleja elaboración de las listas en la que las agrupaciones críticas van a pedir un gesto de consenso, mientras que las que permanecieron próximas a la Ejecutiva reivindicarán una recompensa aún mayor. Por otro lado, el inicio de un trabajo de calle, en los barrios de la ciudad, para dar a conocer al candidato con un equipo que Espadas todavía debe definir y engrasar.
