La inauguración consistió en una visita del alcalde, Antonio Casimiro Gavira (PSOE), junto a algunos de sus concejales, quienes tras abrir las cancelas de la zona verde mantuvieron contacto con los grupos de vecinos que se acercaron, mientras numerosos niños estrenaban los juegos. Este espacio cuenta con una superficie de 1.323 metros cuadrados y tiene cerramientos tipo Expo 92. Se trata de un diseño de los arquitectos municipales Rubén Mellado e Isabel García.
El espacio dispone de dos capas de nivel geográfico que combinan también praderas de césped con escalinatas y rampas naturales, además de incluir bancos. Todo girando en torno a la medular de un sinuoso camino con firme de hormigón estampado, flanqueado por árboles de sombra, como jacarandas, una especie que prolifera junto a ficus o pinos, entre otros.
La entrada principal abre a la misma plaza, pero el espacio cuenta con otra en el frontal opuesto, así como una tercera entrada lateral con acceso desde la calle Vázquez Díaz.
Pero también se han realizado actuaciones en otras zonas verdes del barrio. Se hizo por ejemplo en la plazoleta de la calle Murillo, donde se instaló una pista polideportiva, y en la de la Blanca Paloma, al lado, que fue íntegramente rediseñada.
Los vecinos mostraron a menudo quejas durante las obras, sobre todo por la reducción de las plazas de aparcamiento en un sector de gran tirón popular en cuanto a algunos de los negocios allí establecidos. Desde la Gerencia Municipal de Urbanismo contraponen que el barrio mantiene en su conjunto las plazas de aparcamiento, ya que las eliminadas son compensadas con otras creadas en calles de los alrededores. En general, el cambio gusta.
