El PP-A fija las municipales como gran reto del nuevo curso

Los populares retornan a la corrupción como el gran eje de su discurso

el 23 ago 2014 / 21:45 h.

PARTIPO POPULAR El líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, sabe bien que se la juega en las próximas elecciones municipales de la primavera de 2015. Del resultado cosechado en esta cita electoral depende en buena medida su liderazgo político al frente del PP andaluz, tras las dudas y recelos abiertos en el interior del partido por el duro fracaso cosechado en las pasadas europeas, en las que los populares rompieron la racha de victorias encadenadas en Andalucía. El exlíder del PP andaluz, Javier Arenas, ha vuelto a ocupar la primera fila política con el encargo directo de Mariano Rajoy de liderar las negociaciones para la reforma electoral que el Gobierno está dispuesto a acometer a partir de septiembre, pese al rechazo de toda la oposición. Una reforma electoral, que cuenta con el rechazo frontal de PSOE e IU –socios en el Gobierno andaluz– y que caldeará de todas las maneras posibles el próximo curso político, en la antesala de los comicios locales. Esa propuesta puede influir de forma muy directa en los resultados cosechados en las municipales, previstas en mayo de 2015, y el PP andaluz es más consciente que nunca de la importancia de consolidar sus mayorías absolutas en las capitales andaluzas. No lo tendrá fácil. Moreno Bonilla, que reunió ayer en Málaga a la plana mayor de su partido en un comité de dirección, aseguró ayer que «la maquinaria del PP de Andalucía está perfectamente engrasada» y señaló como objetivo del curso ganar las municipales de mayo de 2015. Unas elecciones «básicas, absolutamente esenciales», abundó, en las que tendrán que «consolidar» el trabajo de alcaldes y concejales, informa Europa Press. Los resultados del PP andaluz en 2011 fueron espectaculares y vinieron a corrobar su fortaleza en los grandes núcleos urbanos, talón de Aquiles de los socialistas. El PP venció en votos, aunque el PSOE ganó en concejales, por lo que todo hizo pensar que ese vuelco histórico anticipaba un cambio en la Junta. No fue así. El PP andaluz se quedó en la oposición, no logró mayoría absoluta y PSOE e IU se instalaron en SanTelmo, lo que le condujo a una vertiginosa caída política que esperan frenar en 2015 y que sería además clave para sostener a Rajoy en La Moncloa. La mayoría absoluta que el PP obtuvo en las ocho capitales más Jerez, Marbella y Algeciras y en cinco diputaciones, será difícil de mantener. La fragmentación del voto de izquierda y la irrupción de fuerzas como Podemos abren un nuevo escenario de alianzas postelectorales de futuro incierto. Tanto como lo que puede deparar una reforma electoral que permita el gobierno de la lista más votada, cuyas consecuencias en teoría en Andalucía podrían llegar a beneficiar al PSOE. Las europeas, cuyos resultados el PP-A sostiene que no son extrapolables, señalaron un deterioro del partido en provincias tradicionalmente populares como Málaga –el PSOE ganó en la capital– o Cádiz. También los resultados en Sevilla y Huelva hicieron temer por estas mayorías absolutas. Con todo, el PP-A no prevé renovar sus carteles. Vieja guardia. Tras las europeas, el liderazgo de Moreno Bonilla, que apenas llevaba tres meses tras un abrupto proceso sucesorio, se cuestionó internamente. Las críticas cesaron con la irrupción de un Rajoy que aterrizó en julio en Sevilla para dejar claro su total respaldo al flamante líder del PP-A. La tregua puede durar hasta las municipales y todavía queda por ver cómo encajaran los cambios en el grupo parlamentario, con un –para muchos– sorprendente regreso a la primera fila de la vieja guardia de Arenas. El PP tendrá en los casos de corrupción socialistas,n ERE y fraude de la formación, el principal argumento para tratar de derribar a Susana Díaz. Para arrancar el curso retomarán su oferta de rebajas de impuestos. Moreno Bonilla se está dedicando a apuntalar su liderazgo en provincias fuertes para el PP como Málaga o Almería, que controla gracias a Arenas. En el resto tiene más trabajo para aquilatar su liderazgo. Sobre todo en Sevilla, donde el líder del PP-A sigue sin aparecer y las relaciones con el equipo provincial no pasan de la cortesía.

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