El alcalde lo ha dejado claro: ni hay motivos ni está dispuesto -bajo ningún concepto- a que su mano derecha en el Ayuntamiento, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, sea relegado de la Portavocía del PSOE municipal en favor de Emilio Carrillo. Viera, por contra, defenderá el lunes que éste es su candidato. La crisis la tendrá que zanjar el PSOE andaluz
Alfredo Sánchez Monteseirín destapó ayer parte de las cartas con las que está dispuesto a pelearle al secretario general del partido en Sevilla, José Antonio Viera, el poder dentro del PSOE provincial. El alcalde no aceptará bajo ningún concepto que sea Emilio Carrillo el próximo portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento, como ha propuesto el secretario provincial.
Tras la desbandada de Carrillo, con apoyo al enemigo incluido -léase Viera- en el último congreso del mes de julio, Monteseirín no consentirá que sea éste quien sustituya a su más fiel compañero de filas, Gómez de Celis. Y si para ello tiene que elevar la crisis hasta Manuel Chaves como secretario general del PSOE andaluz, no le temblará el pulso. De hecho, las dos facciones socialistas enfrentadas -los cercanos a Viera y los afines a Monteseirín- han tensado tanto la cuerda que sólo cabe ya la intervención de la Ejecutiva Regional para destensarla.
El nuevo episodio de esta guerra ya abierta entre Monteseirín y Viera se vivirá el próximo lunes, cuando el secretario general del PSOE en Sevilla ha convocado al alcalde y a todos los ediles del Ayuntamiento a una reunión en la que les propondrá el nombre de Carrillo como nuevo portavoz del grupo socialista en el Consistorio.
Monteseirín ya le ha contestado: no irá a esa cita, aunque está "dispuesto a hablar y a reunirme con mucha gente", con un objetivo, sin embargo, firme: "Al final, haré lo que me corresponde". Es decir, formar no sólo Gobierno sino también elegir al portavoz en la Plaza Nueva.
Y para avalar esta postura, el alcalde enarbola la normativa de funcionamiento del PSOE, en cuyo artículo 15 se dice taxativamente que en caso de "discrepancias" entre los socialistas de la Corporación y la Organización del Partido habrá un "arbitraje de la comisión ejecutiva del ámbito territorial superior al de la Corporación", o sea, el Provincial.
De no alcanzarse un acuerdo, "cabe recurso ante la Comisión Ejecutiva de la Región, en primera instancia, y ante el Federal, en segunda". Viera y los suyos interpretan que es el Provincial quien dirime las discrepancias y el alcalde, que el Regional ya que el Provincial sería entonces juez y parte en el enfrentamiento.
