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El PSOE pide el indulto para María Salmerón

Esta auxiliar de Enfermería sevillana tiene que entrar en prisión por incumplir el régimen de visitas con su exmarido, condenado en varias ocasiones por malos tratos.

el 19 feb 2015 / 16:36 h.

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LA MADRE QUE HA RECUPERADO LA CUSTODIA DE SU HIJA DENUNCIA EL DAÑO CAUSADO A LA MENOR María Salmerón, en una imagen de archivo. Foto: El Correo El grupo socialista ha pedido al Gobierno en el Congreso el indulto para María Salmerón, una auxiliar de enfermería de 50 años, y residente en Sevilla, que el pasado 6 de febrero tenía que haber entrado en prisión por un plazo de seis meses al haber quebrantado el régimen de visitas con su exmarido, condenado en varias ocasiones por malos tratos, en respeto a la decisión de su hija Mirian, de 14 años, que no quiere estar con su padre. María se casó en 1999 y se separó en 2001 porque su entonces marido la maltrataba. Desde entonces y hasta ahora (han pasado casi 15 años) sigue vinculada a él. Confiesa que no ha podido rehacer su vida y desde entonces no está tranquila ni en su casa. Todas las semanas tiene alguna citación judicial y tiene embargada por esta situación hasta la nómina y la herencia de su padre, una parte de un pequeño piso de 60 metros donde reside actualmente su madre. Asimismo, ha solicitado una moratoria al banco donde tiene la hipoteca porque no puede pagarla al tener todo embargado por las multas ante el incumpliento de los regímenes de visitas. No tiene  noticia hasta la fecha. Sólo sabe que se suspendió su entrada en prisión hace un par de semanas porque su abogado recurrió el auto. En caso final de entrar en prisión, dice que la Junta de Andalucía le ha prometido que no perderá su trabajo. "Intento salir del círculo pero la justicia no me deja", lamenta la víctima, que tuvo a su bebé al año de casarse con este hombre, que la hizo objeto de maltrato habitual desde el inicio del matrimonio, habiendo sido condenado por ello en varias ocasiones y sin haber entrado en prisión hasta la fecha, a pesar de las numerosas denuncias por agresiones e insultos, entre otras causas. Durante siete años su hija tuvo que acudir a las visitas supervisadas y en un lugar neutro para ambos progenitores, según dictó el juez. Se conoce como el punto de encuentro. "Es una anomalía absoluta que haya estado tanto tiempo así. Es uno de los pocos casos en España de estas características. Es un caso de acoso querulante", ha precisado la diputada socialista Angeles Álvarez, quien ve esta situación como "un calvario" y una "tortura" que, por desgracia, no es único en España, sino que hay bastantes similares, según constata el PSOE, donde acuden semanalmente mujeres en situación parecida en busca de apoyo. El régimen de visitas estaba sujeto a los horarios del hombre, que dependían del turno de mañana, de tarde o de noche de su trabajo, y que generalmente se constaba con una semana de antelación. "La niña desde hace dos años no me deja que la lleve siquiera, dice que ella no se monta en el coche, que ella no va", ha narrado Salmerón. En todos estos años, según ha precisado Álvarez, el régimen de visitas se ha incumplido tanto por el padre como por parte de la  madre, si bien en el caso materno todas las ausencias estaban justificadas, mientras que en el paterno no. "Está todo documentado", apostilla la socialista. Salmerón ha explicado que, aunque una madre aguanta todo lo que sea, a Mirian, su hija, le ha desencadenado una grave enfermedad autoinmune que le afecta al aparato digestivo y que está provocada por la situación de estrés que le genera todo esto, según documentan los informes médicos. "Si a mí me meten en prisión no quiero ni pensar lo que le puede ocurrir a mi hija", señala la mujer. En caso de entrar en la cárcel la niña ha hablado con un juez y le ha pedido quedarse con su abuela y su familia materna. La condena de María es de seis meses, mientras que el exmarido estuvo condenado a 21 meses por malos tratos, pero al no tener antecedentes aún no ha entrado en prisión. Ella, sin embargo, sí tiene antecedentes al arrastrar otra condena de un año por incumplir el régimen de visitas, por lo que sí debe entrar en prisión.

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