Que el PSOE de Sevilla dará su apoyo a José Antonio Griñán no lo pone nadie en duda. Su liderazgo, tras el resultado obtenido en las elecciones andaluzas, está fuera del debate surgido hace tres meses en Sevilla entre los afines y los críticos a la dirección regional y que acabó con el partido desmembrado y sin un lider en la provincia. Ese es el mensaje que han trasladado los dos referentes de los dos sectores, tanto Fernando Rodríguez Villalobos como Francisco Toscano. Pese a esto, la disputa entre las dos corrientes ha vuelto a tener su reflejo en toda la provincia de Sevilla, y ambos se han repartido los delegados de decenas de agrupaciones a los congresos extraordinario y ordinarios del próximo mes de julio.
El aval del 85% de agrupaciones que defiende el sector oficialista que arropa a Villalobos tiene como fecha de caducidad el 7 de julio. A partir de ahí, las cábalas se disparan y la calculadora deberá resetearse, ya que ni el apoyo obtenido a última hora por el sector que representa el parlamentario andaluz José Caballos -que se alineó con los críticos al regional en la última disputa interna y que cuenta con el apoyo de dirigentes del Aljarafe- tiene visos de continuidad.
"Ahora no toca hablar de Sevilla", es lo más repetido por uno y otro bando, aunque en la práctica no es así, hasta el punto de arañar delegados no sólo en la capital -epicentro tradicional de las hostilidades-, sino también en la provincia, donde se ha trasladado buena parte de las dudas.
Una vez culminada el proceso en las 115 asambleas, las fuerzas se ven más parejas que lo que en principio se preveían. No es tanto por los que expresan su inclinación, sino los que guardan sus cartas, principalmente para la batalla provincial. Alcalá de Guadaíra, con Antonio Gutiérrez Limones a la cabeza con un grupo de 12 delegados, es el ejemplo más claro dentro de un nutrido grupo de agrupaciones, en especial del área metropolitana.
Las agrupaciones con más delegados, como Nervión, con 15, y La Rinconada, con 14, han caído del lado de los críticos, si bien el sector oficialista afirma tener dos delegados en este último, afirmación que choca por la ausencia en ella del senador Enrique Abad. Esas fuentes defienden que arañaron en otros puntales como Utrera -donde el reparto fue de cinco frente a dos- o Coria del Río -donde se votaron dos listas, una con el alcalde, José Vicente Franco (5 delegados), y otra del sector oficialista (2)-. Dos Hermanas arropó por unanimidad a su alcalde, Francisco Toscano, mientras que otros municipios como Morón de la Frontera, Alcalá del Río o Bollullos de la Mitación se decantaron también por los críticos. Por su parte, en Mairena del Aljarafe, como procesos anteriores, se dividieron entre los oficialistas de Antonio Conde (5) y los de Demetrio Pérez (3).
En ese repaso por la provincia llama la atención circunstancias como la de Castilleja de la Cuesta, donde el alcalde, Manuel Benítez, no figura entre los delegados elegidos para el congreso regional y provincial. Benítez restó importancia a ese detalle, que no influye en el voto, que en este municipio se decanta por Villalobos.
Los afines al presidente de la Diputación -y a la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz- creen tener "amarrada" la victoria y hasta manejan cálculos del 70% de apoyos para el provincial, pese a que queda mes y medio. Defienden que han logrado más delegados en la capital que en el proceso al congreso federal, han amarrado Los Palacios (11 delegados), y "han contrarrestado" la ventaja de los críticos en grandes núcleos con su granero en pequeños poblaciones. "Un voto es un voto sea de Nervión o de Pruna", defiende este sector, que enarboló el apoyo ayer de otras 34 asambleas para que Villalobos encabece la lista a Almería, aunque sin aclarar el reparto o no de delegados. Los criticos, sin embargo, notan un repunte en su peso en la provincia que les permite dibujar un escenario de equilibrio de cara a la llegada del congreso provincial.
