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El ritual de los dioses de Nervión

Primer batacazo del Sevilla en 2015 tras un partido horrible. Sones de remontada bajo la fórmula de 2014 con Oporto y Betis: “El jueves échale...”

el 23 ene 2015 / 08:15 h.

Es imposible ir a la guerra y no recibir sustos, heridas y derrotas, aunque sean parciales. El Sevilla está en su semana más dura de lo que va de 2015. Salió indemne de la visita del Málaga a Nervión, pero ayer se marchó herido de muerte de Cornellà, donde el Espanyol le abrasó en la primera de las batallas de esta guerra copera. Primera y no única por ese gol de Bacca en el tiempo añadido que deja con algo de vida a un extraño Sevilla. Nos tenía acostumbrados a saber competir y ayer no lo hizo. Ahora sólo le queda recurrir al ritual que invoca a los dioses de Nervión, como en más de una tarde gloriosa de la temporada pasada. COPA REY 14/15 Varios de los aficionados sevillistas presentes ayer en Cornellà (Foto: LOF) Unai Emery sorprendió a todos con un experimento marca de la casa en un encuentro clave. Y salió mal, como muchos vaticinaron al ver la alineación –algunos de ellos desplazados desde varios rincones de Cataluña al Power8 Stadium­–. Con 1-0, las malas sensaciones que desprendía un Sevilla sin fútbol, sin colocación y sin la concentración que requería el envite, se contrarrestaban con un solo pensamiento: remontada en Nervión. Con el 2-0 y una sensación de descomposición total, lo de darle la vuelta en el Sánchez-Pizjuán parecía complicarse. Y ya con el 3-0 y el tiempo casi cumplido, ni ritual ni nada: el Sevilla eliminado, como había vaticinado el Espanyol en su vídeo de motivación previo. Sólo una larga jugada en la prolongación –originada en un saque de banda similar al del célebre testarazo de Mbia en Mestalla– y el acierto de Bacca rescatararon los ánimos de remontada. El Espanyol le ha amargado la Copa al Sevilla, que deberá decidir la semana que viene en cuál de los dos envites ante los pericos irá con todo. La Liga es la Liga, con la posibilidad de ser cuarto y volver a la Champions ahí delante. Pero la Copa muestra un camino corto –cuatro partidos– hacia una nueva final. Unai ha dado muestras ya de que las rotaciones llegarán en partidos como el de ayer. Pero veremos... Las rachas no son eternas y quizás el Sevilla eligió el momento menos traumático para hincar la rodilla –no lo hacía desde aquel mal partido de noviembre en Rotterdam ante el Feyenoord, en la Europa League–.  No les queda otra a los sevillistas que enconmendarse a Nervión. Invocar el espíritu de las remontadas del curso pasado en Europa ante el Oporto y el Betis. En los dos partidos necesitaba ganar al menos por 2-0. Y lo hizo. Aficionados del Sevilla durante un partido. Aficionados del Sevilla durante un partido. Llega, pues, la primera gran cita de la temporada en el coliseo sevillista, que sin duda deberá tirar de su magia para hacer que el sueño de la Copa no se esfume antes de lo previsto. Bajo el embrujo de una vendetta por lo de Glasgow, el Espanyol tiró ayer de garra y ganó. Al Sánchez-Pizjuán le queda engalanarse, a Emery olvidar probaturas y a los jugadores aplicar a la realidad la ya célebre fórmula de este rito del sevillismo: “El jueves échale huevos...”. Y sin tiempo para digerirlo, llega otra batalla de altura: Mestalla. Allí le espera el domingo un Valencia enrabietado que ha dado buena cuenta de dos de los grandes –Real Madrid (2-1) y Atlético (3-1)– y que casi noquea al Barcelona (0-1). Todo bajo la fuerza de otra venganza, la del Mbiazo. Casi . Sones de guerra en torno al Sevilla y sones de remontada entonados ya por los alrededores de Nervión. Al Sevilla nunca hay que darlo por muerto...

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