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Cofradías

El Rocío busca una nueva medida

Almonte se esfuerza por aligerar las presentaciones evitando que los peregrinos se detengan en la puerta de la ermita.

el 26 may 2012 / 20:07 h.

Menos peregrinos, menos público y hasta menos calor justo el año en el que la hermandad Matriz decide modificar las presentaciones para aligerar el primer acto oficial de la romería. Pero la misma devoción, la misma emoción y entrega, sobre todo en la presentación de las dos nuevas filiales, las hermandades de Chiclana de la Frontera y de Cornellá, que llegaron hasta la puerta principal de la ermita del Rocío junto a sus madrinas, La Línea y Emigrantes, respectivamente. Con ellas, ya son 110.

Como en 1979, cuando el saludo de las filiales a la Virgen y a la Matriz pasó de celebrarse la tarde a la mañana del sábado, el año próximo las 30 últimas hermandades tendrán que pasar ante la ermita de la Blanca Paloma la tarde del viernes de romería. El objetivo es evitar la tortura que supone para muchos estar doce horas completas a pies quieto en la puerta del santuario rociero y permitir un mayor lucimiento de las últimas en pasar, a las que siempre les coge la noche.

Junto a este cambio sustancial que se hará efectivo en la próxima romería, Almonte estableció ayer un férreo control en la puerta de la ermita para evitar que los peregrinos subieran la rampa en la que se sitúa la amplia y colorida representación de la Matriz y por la que sólo acceden las carretas, los hermanos mayores y los miembros de las juntas de gobierno de las distintas hermandades. Tanto fue así que, cuando llegó la avalancha de peregrinos de Triana, difícil de contener, y que siempre ha subido en bloque, con el izquierdo por delante, tras un gesto de los presidentes anteriores, los almonteños hicieron un cinturón doble, similar al que rodea a la Virgen en su procesión por la aldea, para impedirlo. Esta medida logró aligerar la jornada, pero deslució mucho un acto colorido y emotivo.

El control fue tal que al final de la calle Las Carretas la Policía intentó forzar a los rocieros de Triana a ir por detrás del Simpecado. La trifulca, que no llegó a mayores, se suavizó cuando los agentes hicieron ademán de sacar sus defensas. La filial avanzó tal cual: como un compacto río de peregrinos con varas y sombreros en alto cantando a su Simpecado y a la Virgen su tracional "aquí estamos otra vez para decirte que te queremos".

Y a pesar de todo esto, lo más importante es que Triana llegó. El "ya está aquí Triana, Triana, Triana" tenía en esta ocasión más relevancia que nunca. Llegó a tiempo y se presentó pese a todas las dificultades que han tenido con los bueyes a lo largo del camino. "Hemos tenido muchos problemas, muchos, pero gracias a la Virgen, ya estamos aquí", acertaba a decir el hermano mayor trianero, Manuel Alcantarilla, tras la emoción. No en vano, la hermandad, que se vio obligada a buscar bueyes la semana pasada para sus 31 carretas después de que su ganado fuera inmovilizado en Torrequemada por la tuberculosis de una de las reses, tuvo que dejar siete yuntas y nueve carretas en esta finca tras su primera noche del camino. El ganado no había sido entrenado para tanto peso andando por la arena. Aún así, una veintena de los tradicionales carros pasaron ante la ermita. Un niño con un sombrero de El Cerro del Águila mandaba una yunta, quiso volverla para saludar a la Virgen al llegar a la puerta. Pero no le dieron opción. "Si lo hace una, lo hacen todas y no terminamos nunca", fue la explicación.


Pero también hubo momentos para el recuerdo en esta presentación de hermandades. El rezo del Ángelus se adelantó diez minutos y el nuevo presidente de la Matriz, Juan Ignacio Reales, anunció en su discurso de bienvenida que la ermita había adherido a la basílica de Santa María la Mayor de Roma, de modo que los peregrinos rociero podrán recibir las mismas indulgencias que en el templo romano, en un gesto del Vaticano interpretado como antesala a la declaración de santuario internacional.

Enseguida la megafonía invitaba a la hermandad de Villamanrique a avanzar hasta la puerta principal. Exornado con rosas rojas, la carreta de plata manriqueña llegó tirada por su carretera de promesa, Juana Solís, y rodeada de los peregrinos que caminan sujetos a sus ruedas. A los pies de la Reina de las Marismas, tras rezar la Salve al estilo de Almonte, lanzaba los vítores, en los que no faltó el "¡Viva la hermandad matriz de Almonte!", pero que fue seguido por un pausado y más alto: "¡Viva la Primera y Más Antigua hermandad del Rocío!" Sin recrearse mucho, mientras los manriqueños cantaban la Salve, los bueyes regresaron a la arena, recién mojada para evitar que se formara polvareda.

Le siguió Pilas. Después los boyeros de La Palma hicieron arrodillarse a sus toros, como más tarde harían los de Moguer, aunque este año, con algo más de dificultad. El pequeño José Moreno Martínez, de 12 años, relacionado "desde chiquitito" con los bueyes, fue el encargado de dirigirlos por la rampa. Después le tocó el turno a los mayores. Y al cajón de Umbrete.

Los peregrinos de Coria ocuparon toda la calle a lo largo. Protagonizaron otros momentos de tensión con los almonteños que no les dejaban subir, pero, con sus palmas protagonizaron uno de los momentos más emotivos, como el de Gines, que celebra el 50 aniversario del Simpecado. Y un detalle, el Simpecado coriano llevaba prendida la medalla de Pastora Soler, para que la Virgen le "ayudara" en su participación anoche en Eurovisión.

"¡Qué bonito, qué bonito!", comentaba emocionada una almonteña al ver subir la carreta de Huelva, la primera tirada por mulos de las que se presentaban ayer. A toda velocidad superaron la rampa y los peregrinos respondieron con un "¡Viva nuestra hermana mayor!" a los vítores de ésta. Pero se echaron en falta las palmas características al compás de "Huelva, Huelva".

Y así hasta 110 hermandades. Porque ayer se estrenaron, junto a sus madrinas, Chiclana de la Forntera y Cornella. El cardenal arzobispo de Barcelona, monseñor Sistach, acompañó a esta filial catalana en esta primera presentación, en la que no faltaron unas sevillanas compuestas para la ocasión.

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