Japón desplegó las armas de su imperio para tomar por un día el recinto de la isla de la Cartuja. Nada mejor para ello que la presencia del príncipe heredero Naruhito, que por primera vez visitaba la Expo. La excusa era la celebración del Día Nacional de Japón.
Un día intenso le aguardaba a Su Alteza Imperial, que con una sonrisa permanente, asistió a cada uno de los actos incluidos en una muy apretada agenda.