Local

"El temperamento español es más de soluciones rápidas que de venenos"

Autora del libro Historia del veneno, esta catedrática de Química Inorgánica hace un repaso apasionante de los envenenamientos más famosos de la historia.

el 24 mar 2012 / 20:50 h.

TAGS:

Adela Muñoz posa con su libro delante de la tabla periódica artesanal que hay instalada a la entrada del Departamento de Química Inorgánica.

Sentarse en la parada del autobús a leer un libro titulado Historia del veneno. De la cicuta al polonio es motivo suficiente para que los que estén al lado te miren, como mínimo, de reojo. Adela Muñoz Páez, catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla, es la autora de esta obra por momentos apasionante, cruel y, a veces, por increíble que parezca, tierna.

-¿Su familia se fía de usted?
-Bueno, yo no cocino en casa. Cocinaba cuando nos casamos. Ahora no lo hago porque prefiero leer. Mi marido es quien compra y el que cocina.

-¿Por qué se asocia el uso del veneno a las mujeres? Porque en el libro usted evidencia que los hombres también han sido buenos envenenadores.
-El único libro que habla sobre envenenamiento en España se llama Envenenadoras. Yo quería hablar en mi libro de España, pero aquí hay pocos envenenamientos. Quizás el temperamento español es de solucionar más rápidamente las cosas. Lo que no hay en España es afán recopilatorio. En Inglaterra hay incluso páginas webs mantenidas por universidades donde tienen la historia de sus envenenadores.

-Se ve como algo romántico.
-Sí, tiene morbo. En Inglaterra hay más afán por documentar. El único texto que yo encontré en España es el de Envenenadoras. Intenté contrastar la información del libro, pero solo encontré alguna reseña de prensa, y poco más.

-Pero, ¿tiene o no fundamento pensar que el veneno es cosa solo de mujeres?
-Hay un estudio en el que se dice que en los años 20 y 30 del siglo XIX, propiciado por el auge de los seguros de vida que ofrecían los bancos, se animó el negocio de los venenos. En esa época, en Francia e Inglaterra el número de mujeres acusadas por envenenamiento era quizás un poco mayor al de los hombres.

-¿Ha habido alguna época o civilización más cruel que otra?
-Por lo que yo he estudiado, los nazis. Hago una descripción sacada de una página web mantenida por judíos de cómo morían con el cianuro. La agonía no es muy larga pero sí atroz. Y que eso se lo hicieran no solo a seis millones de judíos sino a otros muchos más, como enfermos mentales y disminuidos psíquicos alemanes... Cómo aplicaron todo el ingenio para matar a la mayor cantidad de gente posible y con el menor coste es lo más espeluznante que he visto. Luego, por lo extendido en el tiempo, lo del exespía ruso Litvinenko.

-En esta época, ¿se pueden volver a dar casos como ése?
-Tras la época de oro de los envenenamientos se desarrolló la ciencia de la Toxicología, cuyo padre es Orfila. A principios del XXI, he visto en el Instituto Toxicológico cómo se determinan todos los elementos pesados de la tabla periódica y con qué precisión en pocas horas. El talio se puede detectar incluso después de una incineración. Lo más complicado de detectar siguen siendo las moléculas ligeras que se procesan, como puede ser el cianuro. El envenenamiento de Litvinenko pudo llegar a costar 30 millones porque la cantidad de polonio que hace falta para un envenenamiento no existe en la naturaleza, por lo que hubo que sintetizarla en un reactor nuclear.

-Ninguno estamos libres de entrar en contacto con decenas de sustancias venenosas al día.
-Claro, sí, pero yo defiendo que nuestra vida ha cambiado gracias a la ciencia, y especialmente por la Química. Hay muchas sustancias venenosas pero la Química nos ha traído una esperanza de vida el triple de la que existía hasta hace unas décadas gracias a los antibióticos, a las medicinas para la tensión... Nuestra vida es infinitamente más placentera gracias al paracetamol y al ibuprofeno.

-Lo que resulta gracioso es ver cómo los envenenadores profesionales dejaban sus tropelías por escrito.
-Es como muy inglés. Eso en España no se estila.

-¿Cuál es la historia que más le ha impactado?
-Hay muchas mujeres que me han gustado. Isabel I de Inglaterra, por ejemplo. Era sensacional. Otra mujer fascinante fue Cleopatra. Pero quien más me ha impresionado es Alan Turing, que se mató dando un bocado a un manzana envenenada con cianuro.

-Como Blancanieves.
-Sí, como en el cuento. Era una cabeza tan creativa y una persona tan íntegra. Turing, que era homosexual, terminó su licenciatura y tuvo una relación. Fue entonces cuando le robaron en su casa y lo denunció. En la investigación se descubrió que fue su pareja quien le dio la llave al ladrón. Lo que él denunció como un robo acabó siendo un proceso contra él por grave falta contra la moral. Lo condenaron o a la cárcel o a ser hormonado. Lo destrozaron: engordó, lo dejaron impotente, le dejaron de hablar en el trabajo... Fue una hecatombe, pero consiguió sobreponerse. Pero de pronto se lo encontraron muerto con una manzana mordida envenenada con cianuro. En la Enciclopedia Británica se habla de su vida y obra pero en ningún caso se hace mención al proceso de la homosexualidad.

-¿Es fácil conseguir veneno?
-No sé cuál es la legislación. Las sustancias radioactivas están absolutamente controladas, aparte de que se salen de precio.

-En el mundo clásico no había tanta crueldad a la hora de usar veneno como en civilizaciones superavanzadas como lo es ahora EEUU, donde reos condenados a muerte han sufrido agonías atroces por una mala aplicación de los venenos.
-Los relatos de los griegos de los envenenamientos son como más poéticos. Lo de la silla eléctrica es más tétrico. De todas maneras, la agonía no es fácil con ninguno de los venenos.

-En el libro aborda la eutanasia, en la que también juega un papel esencial el veneno.
-Eso es porque, cuando la gente iba leyendo capítulos que les iba dando, me preguntaban cuál era el mejor método. Yo tengo muchos compañeros que han probado los venenos de los que hablo. Yo no siquiera fumo. A mí el veneno no me interesa nada sino las historias que hay detrás. Empecé a leer sobre la eutanasia y la pregunta que me hice es qué hacer cuando te topas con una situación irreversible.

  • 1