En la instrucción Dignitas Personae, preparada por la Congregación para la Doctrina de la Fe y presentada por su secretario, se reitera el rechazo del Vaticano a las nuevas tecnologías biomédicas que no reconocen la dignidad de la persona, tales como el congelamiento y la investigación con embriones, la clonación humana o determinados usos de la ingeniería genética.
En este sentido, se subraya que "el ser humano tiene que ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción, y que por ello a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida". La instrucción también señala que el origen de la vida humana tiene su "auténtico contexto en el matrimonio, donde es generada por medio de un acto que expresa amor recíproco entre el hombre y la mujer".