El Vaticano cree que no existe contraposición entre la fe y la idea de la evolución, aunque Benedicto XVI no comparte las teorías que explican la existencia de la humanidad sólo como resultado del azar y para Juan Pablo II no bastaba Darwin para explicar el origen del hombre. Por ello, el presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el arzobispo Gianfranco Ravasi, afirma que la Iglesia nunca condenó las ideas de Darwin.