«El pueblo está muerto y esto puede ser un revulsivo para la gente». Era ésta la frase más repetida entre jóvenes y mayores, hombres y mujeres, vecinos todos de Aznalcóllar que acudían al encuentro organizado por la empresa Emerita Resources para explicar su proyecto de explotación del yacimiento minero del municipio. «Lo mejor para el pueblo. Eso es lo que yo vengo a escuchar», comentaba antes de entrar en el acto un vecino que acudía acompañado de su hijo. Más de medio millar de aznalcolleros se dieron cita en el teatro municipal de la localidad para escuchar en primera persona el proyecto presentado por esta empresa andaluza que cuenta con el respaldo del grupo financiero canadiense Forbes & Manhattan. Un modelo de explotación que, tal y como anunciaron los responsables de Emerita, permitirá la creación de 450 puestos de trabajo directos y 1.500 indirectos, gracias a una inversión que rondará los 500 millones de euros y que, durante la vida útil del yacimiento unos 15 0 20 años aproximadamente, podría ascender hasta los 700 millones de inversión. Con tales cifras sobre la mesa, la preocupación de los vecinos se centraba en tres cuestiones fundamentales: si el empleo recaería en los habitantes del municipio, qué formación será necesaria para optar a estos puestos y si los discapacitados tendrán opciones de encontrar un trabajo. Joaquín Merino, presidente de Emerita Resources Corporation, fue el encargado de responder una a una a todas estas preguntas en el transcurso de un acto que se prolongó durante casi tres horas. Merino anunció que los colectivos de mayores de 45 años y jóvenes serán los primeros en ser atendidos a la hora de crear empleo y que también se impulsará la igualdad de género. Asimismo, y gracias a un acuerdo firmado con la ONCE, los discapacitados del municipio y la comarca podrán optar a un empleo en la mina. En cuanto a la formación, y aunque habrá puestos que requieran de personal cualificado, se procurará que quienes forman parte del proyecto tengan un proceso de formación adecuada que recibirán en su día a día en el yacimiento. «Aquí se está jugando con el puesto de trabajo de casas enteras, de familias que estamos desempleadas. Nuestras casas, nuestros hijos, todo está en juego». Era el testimonio desesperado de una mujer que, acompañada de su esposo, acudía a encontrar una salida a su situación. Yes que los datos son claros: el 33 por ciento de los aznalcolleros están en paro. Unas cifras que se disparan en el caso de los jóvenes, donde más del 55 por ciento no encuentra trabajo. Por ello ayer Emerita quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a los vecinos. «Los empleos se quedarán en Aznalcóllar», repetían sus responsables a cada pregunta. Un respaldo que no se quedará exclusivamente en el yacimiento pues «el beneficio se reinvertirá en el pueblo para que cuando se acabe de explotar la mina exista un tejido industrial importante». La empresa respondía así a la solicitud que en el mismo acto hacía el alcalde de la localidad, Agapito Ramírez. «No pueden venir aquí a invertir y largarse. A Emerita es a la que le estamos viendo más ímpetu por invertir y además quieren cambiar la imagen que nuestro pueblo dio al mundo por el desastre medioambiental de 1998». «¿Los contratos serán legales?», preguntaban al final del acto. Entre sonrisas de los presentes y un «sí» rotundo de Emerita finalizaba el encuentro. A la salida, la vecinos se mostraban esperanzados con este proyecto. «Va a traer mucho beneficio y más para la juventud», señalaba una vecina. «Muchas ilusión y muchas ganas. Que empiece lo más pronto posible». Dieciséis años con la mina cerrada y un tercio de la población en el paro permitían ilusionarse. El sí que esperan al proyecto de Emerita llegará en primavera.