En busca de un nuevo porvenir para la mujer rural

Un informe de Apromur aboga por encontrar nuevas líneas estratégicas que puedan combatir la exclusión social que sufre gran parte de la población femenina en la Sierra Sur.

el 08 mar 2015 / 12:00 h.

La industria del mantecado junto al sector del olivar son los principales sustentos laborales de la población femenina en la Sierra Sur. / David Estrada La industria del mantecado junto al sector del olivar son los principales sustentos laborales de la población femenina en la Sierra Sur. / David Estrada El 8 de marzo es el día de los homenajes y las reivindicaciones, el día de las mareas violetas, el día de salir a la calle a seguir luchando en aras de lograr la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer. Según en qué casos, cada vez son más las barreras derribadas en este sentido, si bien existen puntos del mapa de la geografía española, en concreto, en la zona sur y, por tanto, Andalucía, donde esos obstáculos son aún bloques de cemento armado que impiden el avance de la población femenina. Es el caso de la comarca de la Sierra Sur, un rincón del sureste donde, según un informe recientemente publicado por la Asociación para el Progreso de la Mujer en el Mundo Rural (Apromur), titulado La exclusión e inclusión social desde una perspectiva laboral y de género en una comarca rural del interior andaluz, las condiciones objetivas de desarrollo profesional no son precisamente halagüeñas para las vecinas de la comarca. No en vano, teniendo en cuenta que estas suponen casi la mitad de la población en la Sierra Sur (el 49,95 por ciento de las personas empadronadas a 1 de enero de 2013 son mujeres) y considerando que aquellas que están en edad de trabajar (esto es, tienen entre 16 y 64 años) son el 64,21 por ciento, la población parada femenina asciende al 47,30 por ciento. No obstante, la realidad de esta comarca sevillana es especial, dado que existen muchas mujeres inscritas en el Régimen de Trabajadores Agrarios Subsidiados (TEAS) como consecuencia de la importancia de la agricultura. En su mayoría, los municipios de la Sierra Sur viven del campo, en concreto, del sector del olivar, pero también de la industria de la pastelería industrial. Ambos se encuentran marcados por la temporalidad, generando la mayor parte de los puestos de trabajo durante las campañas de recogida entre septiembre y enero o durante la época navideña. Y si bien antes de la crisis económica existían otras vías de escape para las mujeres de la Sierra Sur, el mercado laboral rural ha sufrido importantes cambios como consecuencia de la recesión, lo que supone una ruptura con la situación anterior y está afectando negativamente a la población joven femenina y a mayores de 45 años especialmente. Una jornalera en la recolección de la aceituna. / Ana Quesada Una jornalera en la recolección de la aceituna. / Ana Quesada De ahí que todos los esfuerzos por encontrar alternativas a una economía desgastada que no permite la estabilidad laboral ni el empoderamiento de sus vecinas sean pocos. En este sentido, desde Apromur, a través de un análisis DAFO –Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades– aplicado a la comarca, señala diferentes opciones que, bien ejecutadas, podrían suponer un antes y un después en la precaria situación laboral en la que se encuentra la mujer rural. De esta forma, el informe apunta una serie de «líneas estratégicas» que representan los retos a enfrentar para transformar la Sierra Sur en este ámbito. El primero de ellos es «fomentar la formación de la mujer en el mundo rural en materia de I+D+i, nuevas tecnologías y empleo verde», donde las administraciones públicas jugarían un papel fundamental a la hora de apoyar a las asociaciones de mujeres del territorio en la búsqueda de nuevos nichos de mercado como la agricultura ecológica. Por otro lado, la «creación y mejora de empleo para mujeres en las zonas rurales» es otra de las hojas de ruta a seguir, aludiendo de nuevo a esos empleos verdes o a la necesidad de combatir la temporalidad de sectores como el de la industria mantecadera, a través de la introducción de nuevos productos que se fabriquen y comercialicen durante todo el año. De la misma manera, es importante, según Apromur, «aumentar el emprendimiento femenino del medio rural», donde de nuevo las administraciones públicas –Gobierno andaluz, la Diputación o los ayuntamientos de la comarca– tendrían la obligación de crear fondos de apoyo a las pymes o de reducir las cargas burocráticas para mujeres rurales emprendedoras. Pero estas líneas estratégicas deben ir acompañadas de acciones concretas que sean realmente aplicables a la realidad del territorio, que Apromur recoge en su informe «tras los debates e intercambios de conocimientos llevados a cabo en las mesas de expertos realizadas durante el desarrollo del proyecto». Así, entre otras propuestas, se encuentra la ayuda a mujeres y sus familias en situación de pobreza energética, mediante el aprovechamiento de edificios e infraestructuras municipales, donde las mujeres con pocos recursos «puedan hacer la comida, lavar o planchar». También se contempla la «promoción de medidas de activación de las jóvenes cualificadas en situación de desempleo», teniendo en cuenta que en la Sierra Sur existen al menos 399 vecinas menores de 30 años estancadas en el territorio, y que necesitan del apoyo de las administraciones públicas para cambiar su situación. Y ahí es donde esta asociación, con sede en Estepa, pretende aportar su granito de arena a buscar el empoderamiento de casi la mitad de la población de esta comarca, donde aún hoy siguen existiendo barreras laborales y sociales que es necesario derribar no sólo hoy, 8 de marzo.

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