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Es tiempo de roscón

Los hay sencillos o más elaborados con relleno de crema o trufa, con un toque de sidra, sin azúcar, grandes, pequeños, con trozos de fruta, redondos, ovalados... El roscón de Reyes es el protagonista estos días en todas las pastelerías de Sevilla. Foto: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 20:41 h.

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Los hay sencillos o más elaborados con relleno de crema o trufa, con un toque de sidra, sin azúcar, grandes, pequeños, con trozos de fruta, redondos, ovalados... El roscón de Reyes es el protagonista estos días en todas las pastelerías de Sevilla y aunque algunos sólo quieren de él la sorpresa que lleva dentro, la mayoría no puede dejar pasar una sola Navidad sin probar uno... o más de uno, que ya habrá tiempo para quitarse los quilos de más.

Para saciar el apetito de los más dulceros, en todos los obradores de la ciudad se trabaja a estas horas a marchas forzadas porque hay que preparar los miles de roscos que se venderán en apenas unos días. En La Campana se pusieron a la venta el pasado día 2 "y ya se han vendido más de 200", cuenta José Antonio Hernández, propietario junto a su primo Borja del histórico establecimiento. "De aquí al día 6", cuenta, "pueden venderse unos 5.000 o 6.000 roscos".

Estos días es prácticamente lo único que se vende en La Campana y mañana los roscos ocuparán todas las vitrinas del establecimiento. "El día 5 estamos todo el día despachando roscos", cuenta José Antonio "y también lo servimos por porciones en la cafetería", que hay quien no quiere llevarse la tentación a casa.

Además de por su sabor el encanto de estos dulces está en que sólo pueden comerse unos pocos días al año aunque, cuentan en La Campana "que hay hasta quien lo congela y asegura que está comiendo rosco hasta agosto sin que pierda su sabor". Otro de los secretos de su éxito es que "se consumen apenas unas horas después de haberse elaborado".

En La Campana saben que no pueden quedarse sin roscones "porque nos piden incluso de otras provincias andaluzas". Por eso, la tienda está repleta estos días de clientes que aprovechan las compras de última hora para pasarse por su rosco. Pero que no teman a los que no les gusta dejar nada a la improvisación porque también se pueden encargar por teléfono. La cuestión es que la mañana de Reyes no haya casa en la que no se peleen por quedarse con la sorpresa.

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