Cofradías

Estrenos pasados por agua

La lluvia tiñó la ciudad de colores grises, sólo las más jovencitas se arriesgaron a vestir de luminosos tonos primaverales.

el 01 abr 2012 / 21:12 h.

La hora de las nubes negras.

"El Domingos de Ramos a quien no estrena se le caen las manos". Este es un dicho de abuelas, pero al que se le hace mucho caso en Sevilla y en general en toda España. Si no se tiene nada que estrenar, una buena solución es acudir a la ayuda de unos calcetines nuevos. Todo sirve.

Pero ayer en Sevilla la lluvia hizo que los estrenos estuviesen pasados por agua. Los colores que predominaron por las calles fueron los oscuros: los negros, grises y marrones triunfaron.

Fueron muy pocas las personas que se atrevieron a lucir los llamativos colores que días atrás se mostraban en los escaparates de la mayoría de las tiendas. Los salmones, verdes, tostados, crudos y rojos se dejaron para mejor ocasión. Muy pronto está la Feria y será una buena ocasión para lucir ropa primaveral.

Sólo las más jovencitas se atrevieron a sacar tacones con alturas de vértigo, vestidos sin mangas y faldas de gasa. Y es que el día no ayudó.

A media mañana, poco antes de que La Paz decidiese no realizar su estación de penitencia el cielo tenía un color gris plomizo que hacía presagiar fuertes lluvias. Poco después todo cambió y se abrieron claros en el cielo lo que animó a las más jóvenes a vestir sus modelitos recién comprados. Algo de lo que más de una se arrepintió porque sobre las 16.00 horas comenzó a diluviar. Sus vaporosos vestidos cubrían poco del frío y del agua que caía en ese momento. Más de una tuvo que regresar de prisa y corriendo a su casa para enfundarse en ropa más abrigada, aunque a media tarde el sol intentaba asomarse entre las nubes.

El caso de los jovencitos era diferente. Este año se repitió la moda de lucir trajes oscuros, muy apropiados para el día de ayer. El toque diferenciador lo daban las corbatas, que iban del serio azul marino hasta el rosa con lunares blancos. Y es que en un Domingo de Ramos todo sirve.

Lo que ayer sí se echó en falta, al menos por la Ronda Histórica, fueron los tradicionales vendedores de globos. No se prodigaron por la zona, a pesar de que en las inmediaciones de La Hiniesta, momentos antes de su salida y cuando no diluviaba, su área de influencia estaba llena de niños.

Eso sí, los bares, tal y como manda la tradición, en las proximidades de las cofradías que tenían previsto realizar su estación de penitencia estaban atestados de gente. Era difícil encontrar una barra despejada. Estaban como el cielo, cubiertas.

Este era uno de los temas de conversación del día. José Silgo comentó con gracia que la Semana Santa de este año recuerda a los dibujos animados de la Pantera Rosa, que siempre lleva una nube sobre su cabeza.

Otros más serios, como José Luis Gómez, se quejaban de que en todo el año no haya llovido y que llegue la Semana Santa y el agua lo estropee todo.

De forma similar se pronunció Joaquín Rodríguez, quien manifestó que si llueve sea de verdad, para hacer bien al campo que lo necesita, "pero no que sean cuatro gotas que enturbian la Semana Santa y no ayudan a los agricultores". Este costalero de la Hiniesta y contraguía de la agrupación parroquial de La Milagrosa sacó a colación el demonio de la crisis y advirtió de que una Semana Santa con buen tiempo es una gran fuente de ingresos para los que trabajan en los bares, los vendedores de puestos callejeros y en general para los que esperan la llegada de la Semana Santa para tener unos ingresos extra.

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