La lucha contra ETA da sus frutos. Gracias a la detención del ex jefe de ETA Thierry la Policía sabe que la banda seguía los pasos de muchos ertzainas y políticos del PP. Además, ayer se supo que los etarras detenidos el martes siguieron a dos guardias civiles hasta el colegio de sus hijos.
La desencriptación del ordenador portátil en poder de Francisco Javier López Peña, Thierry, ha ampliado la información sobre los objetivos que manejaba la cúpula de la banda en el momento de la detención de su ex número uno. Entre esa información hay datos sobre varios agentes de la Ertzaintza y un policía nacional que trabaja en Vizcaya, informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
Estos posibles objetivos se unen a otros que ya habían trascendido: dos políticos del PP en la provincia de Álava, otro en Vizcaya y una cuarta persona que llegó a ocupar un puesto en una lista del PP a un Ayuntamiento de Guipúzcoa. Además, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, reveló ayer que informes encontrados en el ordenador, cuya elaboración adjudicó a los últimos detenidos en Guipúzcoa, se referían a dos guardias civiles de Guipúzcoa. Incluían seguimientos en el trayecto que realizaban para llevar a sus hijos al colegio. Se trata de miembros del comando legal -no fichados- de ETA, que se dedicaba a recoger información motu proprio o por orden de quienes "mandan o mandaban en ETA".
López Peña fue detenido el 20 de mayo en Burdeos junto a otros miembros de ETA. En el momento de su arresto, Rubalcaba dijo de él que se trataba de la persona con mayor peso en la cúpula de la banda terrorista. En su poder se encontró información escrita sobre pagos del impuesto revolucionario que condujo a varias detenciones en el País Vasco. Sin embargo, el interés de los investigadores se centró en el ordenador. Estaba protegido con el programa PGC que impedía acceder a su contenido. Han tenido que pasar casi siete meses para que los expertos antiterroristas pudieran abrir la máquina.
Por otra parte, la Audiencia Nacional condenó al ex dirigente de ETA José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, y a la etarra Dolores López Resina, Lola, a 17 años de cárcel a cada uno por ordenar y ejecutar el secuestro del industrial José María Aldaya en mayo de 1995. La sentencia impuso los terroristas la pena solicitada por la Fiscalía, aunque rechazó su petición de que se prohíba a los condenados volver al lugar del delito o donde resida la víctima y su familia, al estimar que no se les debe aplicar un "trato diferente" a otros procesados ya condenados "mandan o mandaban en ETA".
Mientras tanto, el Tribunal de lo Criminal de París condenó ayer a penas de entre 3 y 19 años a 11 etarras acusados de formar parte del aparato logístico de la banda, incluido el que fuera su jefe entre septiembre de 2001, Félix Ignacio Esparza Luri. El tribunal condenó a 19 años a Esparza Luri, a 17 a su mano derecha y su mujer, Laurence Guimon, y a 15 años al considerado el "ingeniero" que montaba los artefactos para ETA.
Cuatro de los encausados fueron sentenciados a 10 años de cárcel y tres de ellos a seis años. Claude Recart, el único que comparecía libre (en su caso bajo control judicial) fue condenado a tres años de prisión, período equivalente al tiempo que ya pasó en la cárcel, por lo que no será encarcelado de nuevo. Salvo éste último los otros diez se negaron a comparecer en la audiencia para la lectura del veredicto.