Mario Vargas Llosa cerró el foro Príncipe de Asturias que se puso en marcha en el pabellón de España para intentar que la Expo fuese algo más que "exhibición, que una fiesta". La otra cara de la Expo, la del "foro cultural y de debate" adoptó la forma de un Vargas Llosa que llegó con su discurso bajo el brazo. La libertad como cuna de la democracia y Europa como motor impulsor de ambas centró el discurso del escritor peruano.