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Galgos y podencos

Cuando alguien no entiende la magnitud de un proyecto suele no centrarse y echar el esfuerzo en irse por las ramas. Como en un congreso Flamenco, con la democracia aún sin engrasar, donde se pensó que era el voto de los asistentes lo que debía dilucidar de una vez por todas si el cante era gitano o payo, dejando así solucionada la incógnita.

el 15 sep 2009 / 20:35 h.

Cuando alguien no entiende la magnitud de un proyecto suele no centrarse y echar el esfuerzo en irse por las ramas. Como en un congreso Flamenco, con la democracia aún sin engrasar, donde se pensó que era el voto de los asistentes lo que debía dilucidar de una vez por todas si el cante era gitano o payo, dejando así solucionada la incógnita. Obviamente, la cuestión siguió en el mismo lugar en el que estaba, el flamenco evolucionó por donde a los artistas -payos o gitanos- les pareció y sus orígenes quedaron a la espera del trabajo de los investigadores.

O igual que pasó en aquel foro de los ochenta, organizado en el Alfonso XIII para los empresarios de una provincia vecina a fin de presentarles las expectativas que se abrían con la Exposición Universal del 92. Después de que el Comisario y su equipo explicaran experiencias empresariales de las que se habían celebrado con anterioridad y los proyectos internacionales que podrían realizarse, se abrió el turno de preguntas y la primera de todas fue la de alguien que se levantó e inquirió si las entradas al recinto las iban a vender sólo los sevillanos.

Veinte años después, en el proceso -o barullo- de fusión de las cajas de ahorro andaluzas, parece que se sigue en el mismo sitio; la Diputación de Sevilla y una caterva de politiquillos y personajillos de aquí y de allá hacen algo parecido a aquellos congresistas y empresarios. La Caixa, mientras tanto, ha ido al grano: se ha hecho con un monumento tan emblemático como las Atarazanas para llenarlo de arte y de ciencia y, de paso, situarse en el Centro. ¿No hay cierta similitud con los dos conejos de la fábula de Iriarte? En esta disputa/ llegando los perros/ pillan descuidados/ a mis dos conejos./ Los que por cuestiones/ de poco momento/ dejan lo que importa/ llévense este ejemplo.

Antonio Zoido es escritor e historiador.

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