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Gobierno 'lightco'

El Gobierno nos ha vendido la visita privada del Cardenal Bertone como un éxito diplomático y, abundando, ha predicado la versión laica de tratarse sin más de las relaciones de un Estado, éste, con otro: el Vaticano. Con angelical fineza, el Gobierno ha exhibido sus intenciones legislativas y las tensiones...

el 15 sep 2009 / 22:26 h.

El Gobierno nos ha vendido la visita privada del Cardenal Bertone como un éxito diplomático y, abundando, ha predicado la versión laica de tratarse sin más de las relaciones de un Estado, éste, con otro: el Vaticano. Con angelical fineza, el Gobierno ha exhibido sus intenciones legislativas y las tensiones de lo legislado: educación para la ciudadanía, aborto, matrimonio homo, células madres, eutanasia. No recuerdo explicación pareja a un jefe de la diplomacia de ningún otro estado, pero este gobierno es capaz de explicarlo todo y hasta de mandar genuflexos y de mantilla a sus ministros a Roma cuando haga falta (como si los manda en guayabera a Cuba, Venezuela o en chompa (saquito) a Bolivia). Pero Bertone no ha venido a eso, ni a apoyar al PP -en todo caso a apoyarse ellos-. En muchos países de mayoría católica están en vigor leyes similares y el Vaticano aguanta.

Bertone, ex secretario de la antes llamada Santa Inquisición e ideólogo del vaticanismo político, ha venido a defender el Concordato. Podría haber venido a intentar el milagro de los panes y los peces para ayudar a ZP o el de Lázaro para resucitar a Rajoy, pero no. Bertone es el Camarlengo de la Santa Sede, es decir, el del jurdó. En esa su otra responsabilidad controla el patrimonio, la economía, balance y presupuesto de sus dominios. Por eso, lo importante es el Concordato, en virtud del cual la Iglesia disfruta de una situación económica financiera en España a prueba de crisis. Desde luego, no es previsible que haya un ERE diocesano en España y los sueldos de curas y obispos están a resguardo. La economía católica ha mejorado desde el acuerdo de 2006 con ZP. Hacienda les ha recaudado unos 175 millones en 2007, a lo que habría que sumar 3.200 millones para escuelas católicas, los sueldos de profes de religión y capellanes y el disfrute de una especie de paraíso fiscal (en este mundo sin esperar al más allá). Y todo en un estado que se dice aconfesional, en donde sólo uno de cada tres pone la cruz en la casilla. O sea catolicismo censitario y del bisté.

Licenciado en Derecho y Antropología

aroca.javier@gmail.com

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