Al acto han acudido el jefe de la oposición en el Congreso y secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la que fue su oponente en el congreso federal de los socialistas, Carme Chacón, donde obtuvo el apoyo implícito de Griñán. El presidente del PP-A, Javier Arenas, no ha asistido al nombramiento. Todos los miembros en funciones del gobierno andaluz, los consejeros que saldrán (que son más de la mitad) y los que se quedan, el círculo de confianza de Griñán, ha seguido las palabras del presidente desde la primera fila,
Griñán ha dicho que renueva su compromiso con Andalucía y su respeto por el pueblo andaluz. Su discurso, desde el principio, ha sido más personal que el que ofreció en su investidura. El presidente, enseguida, ha prometido "respeto y lealtad institucional" al Gobierno de Rajoy y ha garantizado que ejercerá el cargo "sin dogmatismos". Ha sido más pragmático que otras veces, dejando de lado las consideraciones políticas e ideológicas y apelando directamente a la ciudadanía, a sus problemas y a plantear las fórmulas concretas para solucionarlas. "Mi gobierno será un gobierno de coalición con todos los andaluces", ha dicho. "El pueblo aspira a salir de esta maldita crisis", ha enfatizado. Griñán ha vuelto a tender la mano a la oposición de Arenas, recordando que el diálogo será más necesario que nunca en esta legislatura. "El consenso no es otra cosa que el equilibrio entre lo deseable y lo posible, ha leído, citando al expresidente Rafael Escuredo.
Por muy altas que suenen las voces que impugnen estos dos principios, ha dicho en referencia al Estado de las autonomías, el presidente andaluz se ha erigido en defensor del modelo de Estado. "No es tiempo de dar marcha atrás", ha afirmado.
Griñán ha citado a los cuatro presidentes andaluces que le han precedido. Pero ha puesto mucha énfasis al agradecer la presencia de Rubalcaba y la de su familia. "Lamento que mi madre no tenga salud para estar aquí con nosotros, pero yo sé dónde ha estado toda su vida, a mi lado. A los míos, a los que me han apoyado, gracias", ha dicho con la voz quebrada. Ha hablado de sus tres hijos y de sus nietos, y les ha pedido perdón por "tantos sinsabores y conversaciones sin acabar".
Por último, el presidente ha agradecido a los miembros de su ejecutivo en funciones. "Habéis pasado por momentos difíciles y nunca os habéis arrugado", ha dicho. Griñán ha cerrado su discurso con un "viva Andalucía", y se ha fundido en un abrazo con Rubalcaba.