El negocio de Francis Mérida, un ebanista de Priego de Córdoba, ha dado un vuelco. De usar las herramientas más elementales a aplicar la tecnología punta.
Como la mayoría de artesanos, Francis Mérida comenzó desde cero. Montó su propio taller en el año 1998. Años más tarde, un gran encargo le cambió la vida. Le publicaron el trabajo en una revista y, en poco tiempo se multiplicaron los pedidos. Llegaban desde toda España. Según explica, "no podía atender tanta demanda y tuve que invertir en maquinaria, en nuevas tecnologías. Fue mi mejor decisión", señala.
La incorporación de la tecnología no ha restado valor ni calidad a sus trabajos. Francis Mérida sigue diseñando muebles completos y los ejecuta tratándolos como si fueran obras de arte. "Pero la maquinaria ahorra tiempo y esfuerzo y ha mejorado el resultado final del producto, que continúa siendo artesanal", apunta.
RETA, a través del programa Novapyme, le ha apoyado en la incorporación y adaptación a esta tecnología, y a cambiar su percepción del mundo empresarial. Ahora asegura que "la empresa que no invierta en innovación tendrá un futuro mucho más difícil". Pronto tendrá una página web. Ahora sí está preparado para atender las nuevas demandas.
