Economía

¿Huelga? ¿Qué huelga?

El día después del paro de funcionarios ni se recuerda la protesta y aleja a CSIF de UGT y CCOO.

el 09 jun 2010 / 19:58 h.

La manifestación discurrió en Sevilla por la Avenida de la Constitución.

Ni una sola palabra en el Congreso de los Diputados. Un día después de la huelga de los empleados públicos, el paro pasó completamente desapercibido en el entorno parlamentario. Ningún representante del Gobierno ni otros diputados mencionó la huelga una sola vez durante la sesión de control al Ejecutivo. De hecho, el debate discurrió en un tono menos crispado que otras veces, como si la protesta de los funcionarios nunca hubiera tenido lugar.

La única que se refirió al paro fue la vicepresidenta Elena Salgado en los pasillos del Congreso para respetar la protesta y desear "volver a iniciar el diálogo cuanto antes" con los empleados públicos.

Ya lo reconocía el presidente del sindicato mayoritario de funcionarios CSI-CSIF, Domingo Fernández, admitiendo que el seguimiento fue escaso, si bien se quedó con el deber cumplido de trasladar a la calle el debate sobre el trabajo del sector público. Recordemos los datos oficiales: el paro fue secundado por el 11,8% de los convocados, según el Gobierno, y por el 75%, con las cifras de los sindicatos.

Pero más allá de la disparidad de los datos, con la que se contaba desde el primer momento, se produjo un distanciamiento mayor, una ruptura de relaciones de CSI-CSIF con las dos organizaciones mayoritarias CCOO y UGT. ¿El motivo? El sindicato de funcionarios denunció que los dos grandes le apartaron de la organización de las protestas. Domingo Fernández también criticó a UGT y CCOO porque, en su opinión, utilizaron el paro de los empleados públicos para intereses distintos a la defensa de los trabajadores y más como un ensayo para la huelga general.

Aseguró que un día antes del paro se avisó a CSIF de que podría marchar en la cabecera de las manifestaciones pero no intervenir en los discursos, razón por la que el sindicato optó por manifestarse por separado. Tras mostrar que se sienten "dolidos" porque las relaciones con las federaciones del sector público de UGT y CCOO habían sido "muy buenas", confió en poder recuperar el diálogo para otras cuestiones.

Sin embargo, el secretario general de esta rama en UGT, Julio Lacuerda, acusó a Fernández de haber tenido un "ataque de cuernos" al no poder intervenir junto a los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo -quienes valoraron la protesta de "notable éxito"-, e insistió en que si hablan los secretarios confederales no pueden hacerlo los responsables sectoriales, y dijo que a CSI-CSIF "se le ha ido la olla". Su homólogo en CCOO prefirió no entrar en el tema.

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