En Segunda División, los detalles son decisivos. El colista suele ser presa fácil en una lucha en la que los aspirantes al ascenso emplean armas de destrucción masiva para lograr su propósito. El Celta, un conjunto configurado para regresar a Primera y entregado a la fe y el talento de un técnico andaluz, Pepe Murcia, será el oponente de un Sevilla Atlético que busca una tenúe luz para adivinar el final de la pesadilla.
Las comparaciones, odiosas y carentes por naturaleza, surgen en la previa de una nueva final en el camino del filial hacia la permanencia. Plagado de ausencias y sin su principal referente en la banda izquierda, el Sevilla Atlético tratará de combatir con cañones de cañas y bambú y pólvora ante un contrincante que dispondrá de bombas de racimo en la zona de ataque. Puras armas de destrucción masiva.
Para el choque, Galeote no ha podido citar a los lesionados Cala, Óscar Ramírez, Pouga e Ismael, unas ausencias que, unidas a las promociones al primer equipo de Armenteros y Vargas, generarán un once inicial anómalo. La distancia con la zona tranquila -11 puntos- cohíbe al cuadro franjirrojo, que no logra un triunfo desde que el 4 de octubre sucumbiera en el Ramón Sánchez Pizjuán la Real Sociedad.
En las filas locales, el técnico céltico, el cordobés Pepe Murcia, no podrá alinear a David Rodríguez, sancionado, aunque sí dispondrá de su dinamita ofensiva. El brasileño Dinei, autor de 7 dianas y uno de los máximos artilleros de la Liga, será el encargado de modelar el miedo en el rostro de un filial con dos únicos destinos: el infierno o el purgatorio.
