IU acusa a su socio de Gobierno de frenar sus leyes en el Parlamento

La coalición presentará a la militancia un balance del último año y medio donde plantea «reivindicar como nuestras las políticas de nuestra cosecha»

el 01 dic 2014 / 21:17 h.

La presidenta andaluza Susana Díaz (i), y el vicepresidente Diego Valderas. / EFE La presidenta andaluza Susana Díaz (i), y el vicepresidente Diego Valderas. / EFE A seis meses de las municipales, IU difundió ayer entre su militancia un documento balance del último año y medio –desde la asamblea que eligió a la nueva dirección regional– en el que ahonda en su distanciamiento estratégico del PSOE, socio de Gobierno. «Los andaluces tienen que percibir el cambio e identificarlo con IU, por lo que debemos reivindicar como nuestras todas las políticas que protagonicen el cambio y sean de nuestra cosecha», dicen. Desde que arrancó la legislatura, PSOE e IU han tenido que acostumbrarse a difundir sus políticas como una labor de conjunto que demostrase la coordinación de dos partidos distintos capaces de sellar un pacto sobre 28 leyes y 250 medidas. Una vez que el Consejo de Gobierno aprobaba un proyecto de ley, ambos compartían su paternidad. El último ejemplo fue el anteproyecto de ley del ente público de crédito (o banca pública), una iniciativa de IU que levantó ampollas en el PSOE hasta que se aprobó, y entonces, su número dos, Juan Cornejo, zanjó el tema: «Este proyecto ya no es ni de PSOE ni de IU, es de la Junta». Pero en este acuerdo tácito ha habido más de una disicencia por parte de ambos. Los comunistas han hecho bandera de la ley antidesahucios, elaborada por la Consejería de Vivienda (IU), o del grupo de renta básica, creando enojo entre sus socios. Pero IU también ha afeado el «excesivo personalismo» a la presidenta Susana Díaz por reservarse el anuncio de medidas estrella en el Parlamento y ante los medios (las tres comidas diarias para niños en riesgo). El documento difundido ayer recoge los aciertos y errores de IU en este año y medio, y las «fortalezas y debilidades» de la formación que dirige desde entonces Antonio Maíllo. Ese informe, de 18 páginas, será debatido en una asamblea extraordinaria el próximo 21 de diciembre. El objetivo prioritario del texto es la «preparación de las municipales» de mayo, y en ese sentido destaca la dura crítica al PSOE, al que acusan de frenar sus políticas en el Parlamento, en detrimento de otras: «El PSOE utiliza de forma descarada todos los resortes de la Administración en la tramitación de un anteproyecto, desvirtuando el propio trabajo bilateral». El texto habla de «ralentización (cuando no paralización» de algunos proyectos. «No entendemos cómo leyes llegan directamente al Parlamento y otras que se aprobaron antes como anteproyectos aún encuentren problemas» [la ley de Participación Ciudadana o la ley de Memoria Democrática, ambas tuteladas por IU, han pasado hace meses por Consejo de Gobierno y están estancadas]. Además el grupo parlamentario se queja de no poder presentar enmiendas a estos proyectos cuando llegan a la Cámara, y avisan de que «el proyecto de ley de Servicios Sociales debe ser objeto de profunda modificación» vía enmiendas. También advierten de las dificultades de comunicación con el grupo parlamentario socialista. «Para los socios, el Gobierno es Dios. (...) Ellos prohiben a sus diputados registrar determinado tipo de iniciativas, creen que no debemos realizar interpelaciones/mociones ni considerar las iniciativas de la oposición de entrada». «El PSOE tiene un modo de entender el parlamentarismo subsidiario de su presencia en el Gobierno», concluyen. Sobre su posición respecto a la corrupción, IU se reprocha no haber ofrecido «alternativas» a su negativa firme a apoyar la comisión de investigación que exige el PP-A. Pero se distancian de los casos que salpican a sus socios: «El PSOE se lo ha guisado y se lo ha de comer». Podemos no existe. El otro objetivo del informe de IU es acentuar la movilización social, un apartado donde admiten serias carencias. Al hablar de las flaquezas que padece IU, Maíllo destacó ayer lo mismo que hace año y medio: «poca capacidad organizativa». Se trata de un talón de Aquiles de esta formación, más teniendo en cuenta que uno de sus pilares es la movilización social en la calle. El texto habla de tres campañas: por el derecho a la vivienda, en defensa de la administración local y por el impuesto a grandes superficies. Las tres tuvieron, dicen, «un éxito relativo»: «No logramos acercarnos a las clases populares (...) Hubo una gran saturación, ya que coincidían todas en el tiempo». IU aún aspira a crear un bloque político y social y a la «unificación» de las fuerzas de izquierdas. Sin embargo, es llamativo que en el balance del último año no haya ni una sola mención a la irrupción de Podemos en el tablero político, más aún cuando esta fuerza está logrando sin apenas arraigo territorial lograr apoyos y simpatías desde todos los flancos. Es IU la que habla de converger con un partido que acaba de nacer (Podemos o las plataformas ciudadanas Ganemos). «Podemos sólo aparece en el informe como verbo», bromeó el coordinador de la ejecutiva de IU y secretario general del PCA, José Manuel Mariscal.

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