2008 ha sido un buen año para Javier Bardem. En febrero recogía el Oscar al mejor actor secundario por la película de los hermanos Coen, No es país para viejos; luego vendrían el Premio Nacional de Cine y su paseo estelar por el Festival de San Sebastián junto a Woody Allen.
Cineasta y actor lo inauguraban con la película Vicky Cristina Barcelona, rodada en la ciudad condal, en donde, tras San Sebastián, volvían a presentarla, esta vez acompañados por Penélope Cruz, con la que el actor comparte algo más que profesión, aunque pocas veces se les ve oficialmente juntos y los rumores apuntan a una ruptura. Ahora Javier Bardem rueda otra vez en Barcelona, esta vez a las órdenes del cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu la película Biutiful y es candidato por la película de Allen a mejor actor de los Independent Spirit Awards y al Globo de Oro, galardones que concede la prensa extranjera acreditada en Estados Unidos, conocidos como la antesala de los Oscar y en cuyas listas Penélope figura en la candidatura a mejor actriz de reparto.
La actriz madrileña, que acaba de terminar con Almodóvar Los abrazos rotos y rueda a las órdenes de Robert Marshall el musical Nine, junto a Nicole Kidman y Daniel Day-Lewis, acaba de ser consideraba mejor actriz secundaria por parte de Asociación Nacional de Críticos de cine de EE.UU y por la Asociación de Críticos de Cine de Los Angeles (LAFCA), por sus papeles en Elegy, de Isabel Coixet, y Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, y figura en todas la quinielas a los Oscar.
Otra de nuestras actrices a la que no le ha ido nada mal es a Maribel Verdú. Iniciaba también el año recogiendo su primer Goya a la mejor actriz por su papel en Siete mesas de billar francés, de Gracia Querejeta; rodaba Tetro con Francis Ford Coppola y junto a Carmen Maura; y, con sesenta películas en su haber y 25 años de carrera, se convertía en la actriz más joven y la quinta mujer que recibía la Medalla de Oro de la Academia de Cine.
Maribel Verdú termina el año subida al escenario, representando junto a Aitana Sánchez-Gijón y a las órdenes de Tamzin Townsend, la obra de teatro Un Dios salvaje, de Yasmina Reza.
Su regreso a las tablas coincide, con los de Marisa Paredes o María Esteve, entre otros, y con un espléndido arranque de la temporada teatral, pero con los interrogantes que se abrieron al conocerse que en esta legislatura se relevará a todos los directores de las unidades de producción del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM): desde Nacho Duato en la Compañía Nacional de Danza a Gerardo Vera en el Centro Dramático Nacional.
En el terreno musical, además de que haya sido el cine el responsable de que todos bailemos una vez más con Abba tras el éxito de Mamma Mia!, Miguel Bosé ha seguido triunfando con su Papito tour, en un año en el que Madonna elegía Sevilla y Valencia para pasear su gira mundial Sticky & Sweet, que finaliza este mes en Brasil, y Bruce Springsteen actuaba en Madrid, Barcelona y Valencia. También han pasado por aquí Metallica, Radiohead, REM, Kylie Minoge, Bon Jovi o Amy Winehouse, que formaba parte del cartel de Rock in Rio Madrid, en el que actuaron también The Police, Bob Dylan, Alejandro Sanz y Shakira.