Una escena de la representación de los Entremeses, de Miguel de Cervantes, que desde hoy pueden verse en el escenario del Teatro Lope de Vega. / El Correo Aunque fue la segunda obra que sacó adelante La Abadía, la compañía madrileña considera los Entremeses, de Miguel de Cervantes, su obra fundacional. 20 años después de presentarla al público la recuperan y la llevan de gira tras haber vuelto a triunfar en la capital. Desde este miércoles y hasta el domingo puede verse en el Teatro Lope de Vega (20.30 horas, domingo, 19.30 horas;entradas de cuatro a 21 euros). Dirigió la aventura José Luis Gómez. Ahora, también lo hace. «Aunque el espectáculo se ha refrescado y la escenografía se ha simplificado», según la actriz Elisabet Gelabert, presente en las funciones originales, de cuyo elenco de nueve actores sólo quedan en estos pases tres de ellos: «Eso condiciona mucho las nuevas actuaciones, porque la energía es completamente diferente». Eso y también dos décadas de trabajo ininterrumpido en los escenarios: «Aquellos Entremeses fueron mi primer encargo profesional, así que forzosamente vuelvo ahora a ellos con un espíritu diferente», dice. La cueva de Salamanca, El viejo celoso y El retablo de las maravillas son presentados aquí con la escenografía del recién fallecido pintor José Hernández y con la música de Luis Delgado. «Montar la obra no fue sencillo, tuvimos que sumergirnos en el estudio de los códigos de la Commedia dellarte que por la época de escritura de la obra debió de estar utilizando Cervantes», rememoraba ayer Gelabert. Hoy, la actriz reconoce que el «boom» del teatro clásico ha pasado. «Pero por fortuna sigue teniendo un público al que le sigue interesando y otros nuevos que llegan, seguramente porque se ha naturalizado el teatro clásico, se le ha dado valor sin tener que impostar a la antigua, empobreciéndolo». «Estos Entremeses representan un teatro muy limpio, muy puro, creado únicamente por el cuerpo y la voz de los actores, porque casi no hay escenografía, hemos huido de los clichés y hemos perseguido transmitir energía», argumenta una de sus más veteranas protagonistas. También ha beneficiado a la función, aunque de una manera indirecta, la serie de TVE Isabel, en la que Elisabet Gelabert ha participado, «no sólo porque ha despertado la curiosidad en muchos espectadores por ir al teatro a ver otras obras clásicas, también porque una serie como Isabel ha dado trabajo a muchísimos actores de teatro clásico». Sin embargo, la trayectoria de Gelabert poco ha tenido que ver con las recreaciones del pasado. Series como El comisario,Acusados o La pecera de Eva forman parte de su trayectoria reciente. También una película de rotundo éxito, la novísima Magical girl, del realizador Carlos Vermut. «Estoy convencida de que dentro de algunos años será una película de culto que se mantendrá como el primer día, tiempo al tiempo», profetiza. Magical girl conquistó, en la pasada edición de los Premios Goya, un solo cabezón de los siete a los que aspiraba. «El guion superaba a los de sus contrincantes, pero los premios son así, y desde el momento en que lo leí supe que era un proyecto muy a contracorriente», detalla. «La película, a nivel personal, ha sacado cosas de mí que no sabía ni siquiera que estaban ahí dentro», reconoce. También pudo verse a Gelabert en otro proyecto cinematográfico muy personal, Gente en sitios, de Juan Cavestany. Nominada al Goya a mejor actriz revelación por Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín, la actriz dice que siempre creyó que tras el éxito de aquel filme desarrollaría una carrera «más intensa» en el cine.Pero no fue así:«Estuve cinco años sin participar en ninguna producción algo que, visto con la perspectiva del tiempo, me dolió un poco». De cara al futuro, Gelabert continuará sobre las tablas, en el nuevo montaje de La Abadía, y también en la película con la que debutará con el largo el cortometrajista Miguel del Arco.