Los hermanos del Valle se temían lo peor. Media hora antes de que la hermandad tuviese que iniciar su estación de penitencia ya estaba lloviendo, y además, las cofradías que le precedían en su salida ya habían adoptado la decisión de no arriesgar. Por eso, cuando la junta de gobierno del Valle estaba reunida era prácticamente un rumor a voces que se iba anunciar que el Cristo de la Coronación, el Nazareno del Valle y Nuestra Señora del Valle se iban a quedar en su templo, la iglesia de la Anunciación. Así fue.
La junta de gobierno manejaba una información que hacía prácticamente imposible optar por poner la cruz de guía en la calle por muchas ganas que hubiese: las predicciones meteorológicas decían que iba a seguir lloviendo hasta la una de la madrugada.
Las miles de personas que se concentraron en la calle Laraña y en las inmediaciones de la plaza de la Encarnación para ver a estos tres impresionantes pasos se quedaron con las ganas. Nada más conocer la decisión de la junta de gobierno el semblante de los allí congregados se ensombreció. Incluso se pudieron ver lágrimas entre los rostros de algunos de los devotos, fundamentalmente los de más edad, que vieron pasar un Jueves Santo tan en blanco como el pasado Martes Santo, todo por culpa de una lluvia muy necesaria para el campo, pero muy poco deseada en esta semana de pasión.
Nada más anunciar que el Valle no iba a salir a la calle se comunicó la celebración de un viacrucis en el interior de la iglesia, sólo para los hermanos, por lo que las puertas del templo no se abrieron ayer por la noche. La decepción fue aún mayor fuera porque habrá que esperar hasta el día de hoy, cuando la iglesia abrirá de 10.30 a las 14.00 horas.
