Local

La asignatura pendiente: hacer cumplir lo dictado

Los juzgados de Sevilla superan las 105.000 sentencias sin ejecutar. Más de seis años después del caso Mari Luz aún no hay una solución

el 02 ene 2015 / 10:30 h.

TAGS:

En 2008 pocos ciudadanos conocían lo que era una ejecutoria, hasta que con el caso Mari Luz este término se puso de moda. Su significado no es otro que el procedimiento judicial que se sigue para hacer cumplir una sentencia, que fue lo que falló en el citado caso y que hizo que el asesino de la menor no hubiera cumplido una condena anterior. Seis años y medio después, y pese al revuelo que entonces se produjo y que acabó con una secretaria y un juez sancionados, la situación sigue igual. Sevilla supera incluso la barrera de las 100.000 ejecutorias pendientes de cumplir. Evidentemente, tras esta cifra no todos los que se esconden son atracadores, violadores u otro tipo de delincuentes peligrosos. También hay tirones de bolsos, lesiones, impagos de deudas o incluso sentencias por despidos. De hecho, los juzgados que más ejecutorias pendientes acumulan son los de Primera Instancia, es decir, lo que resuelven cuestiones civiles como desahucios e impagos de deudas. De las 105.309 de toda la provincia a finales del tercer trimestre del año, 42.220 son de estos órganos judiciales. Una cifra que supone que miles de ciudadanos estén a la espera de una resolución a su conflicto, pese a tener en su mano una sentencia firme de un juez. Dentro de esta jurisdicción, una cifra que llama la atención es la de los juzgados de Familia, pues ya superan los 1.800 fallos judiciales sin ejecutar, con 200 más que el año pasado. En el caso de los juzgados de lo Penal son 13.689 sentencias las que aún no se han ejecutado, una cifra que ha crecido si la comparamos con el mismo periodo del año anterior, cuando había unas 300 menos pendientes. Y no menos llamativo es que los juzgados de lo Social acumulen más de tres mil (3.344), pues los casos que se ven en estos juzgados son despidos, retrasos en el pago de salarios, reclamaciones a la Seguridad Social o conflictos con el periodo de vacaciones. Es decir, que en muchos casos hay personas que están pendientes de poder cobrar una determinada cantidad, lo que se acumula al retraso que llevan estos juzgados en señalar las vistas (ya van por 2018). No en vano, también en estos juzgados se ha incrementado el número con respecto a 2013. En cambio, los juzgados que han logrado reducir, aunque sea levemente, esta cifra son los juzgados de lo Mercantil, que han conseguido bajar de la cifra del millar que ya venían superando, pese a que son de los órganos más saturados.

  • 1