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La autopsia confirma el crimen machista en El Puerto

Un vecino de 67 años asfixió a su esposa y luego se pegó un tiro. La pareja fue enterrada ayer ante la conmoción de familiares y vecinos del municipio gaditano.

el 06 jul 2010 / 19:25 h.

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La autopsia de Milagros G., de 64 años, hallada muerta junto a su marido (67) en su casa de El Puerto de Santa María (Cádiz) el pasado fin de semana, reveló ayer que la mujer murió asfixiada, con lo que se confirma que se trata de un crimen de violencia machista, el undécimo en Andalucía y el número 39 en España en lo que va de año. El funeral y entierro del matrimonio se celebró ayer en la Iglesia Prioral Mayor de El Puerto.

El cuerpo de Milagros fue encontrado sin señales aparentes de violencia minutos a las once de la noche del pasado sábado en un dormitorio de la planta baja de su casa, en la urbanización La Belleza. Tenía un cuchillo en la mano y había empujado una cama hasta la puerta, como si hubiera tratado de defenderse y de atrincherarse en la habitación.

El cadáver del marido fue hallado en el garaje, con una herida en la cabeza de una escopeta de caza que, según la Policía, se disparó él mismo. "El caso está técnicamente resuelto. Es una pena", afirmó ayer el comisario provincial de Cádiz, José María Deira, que acudió al funeral. Decenas de familiares, amigos y vecinos de Milagros y Francisco Galán, acompañaron a los féretros, consternados por la confirmación de que se trata de un nuevo caso de violencia machista. Fue "un día triste" para el municipio en el que Milagros y Francisco eran "muy queridos" porque tenían "relación con muchas familias y negocios de El Puerto", dijo el concejal de Seguridad, Carlos Montero.

En su homilía el párroco pidió a sus familiares que fijen sus recuerdos en "lo bueno que transmitieron" y en "el amor que Dios ha manifestado a través de ellos" en unas vidas en las que mostraron "sencillez, alegría, cercanía y servicio a los demás", especialmente a través del "trabajo pastoral" que ambos desarrollaron durante años en grupos parroquiales locales.

El cura aseguró que "siempre se amaron y vivieron su fe" y, tras calificar su muerte de "un misterio que ninguno de nosotros es capaz de entender", dijo que "la misericordia infinita de Dios" los colocará "en el lugar de los elegidos". Ni una palabra sobre un asesinato o sobre un suicidio ni en boca del sacerdote ni en la de los familiares, amigos y vecinos que aseguraron que el matrimonio tenía una buena relación y no se explican qué pudo ocurrir entre ambos la tarde del pasado sábado.

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