La idea surgió el pasado curso dentro de la asignatura Proyecto Integrado. En ella, los alumnos Ana, Lorena, Sergio, Ismael y Miguel Ángel, capitaneados por el profesor Juan Antonio Zambrano, se pusieron en marcha para llevar a cabo un taller intergeneracional. La novedad respecto a otros proyectos de este tipo era su objetivo principal: el intercambio de conocimientos. Otros anteriores tan sólo concebían la asistencia de los jóvenes a los mayores.
Como si de un profesor experto se tratase, Ismael y el resto de alumnos enseñaban a los mayores sus conocimientos adquiridos de la Bolsa en clase mediante un simulador. Y éstos a su vez, con la experiencia de uno de ellos que es invidente, enseñaron a los jóvenes sus conocimientos sobre el lenguaje Braille, coincidiendo con el bicentenario del nacimiento de su creador. Las sesiones eran grabadas en vídeo.
El reconocimiento otorgado por el IAJ se suma a otro premio que obtuvieron en el Certamen Nacional de Jóvenes Investigadores, donde lograron el tercer puesto. "Fue una experiencia bonita, ya estuvimos en ese certamen y ahora recibimos el premio en el campo de la solidaridad, donde hay mucho que hacer y la gente joven tiene mucho que aportar", asegura el coordinador del proyecto.
Lo más importante que ha recogido este grupo de alumnos ha sido la experiencia de trabajar con los mayores de igual a igual. "Hay que intercambiar conocimiento con los mayores, que tenemos olvidados, y es importante tener relación con ellos porque nos aportan experiencia que nosotros no tenemos", apunta Sergio, otro de los alumnos.
La próxima parada de estos alumnos está en Madrid, en 2011, en el 25 Aniversario de Jóvenes Investigadores, al que están invitados para compartir su experiencia con el resto del país.
La intención del López de Arenas, según el profesor, es seguir apostando por la investigación, en la línea de la solidaridad. Ya están trabajando en proyectos vinculados a la discapacidad física y a la existencia de barreras arquitectónicas en la sociedad para este colectivo. Esperan poder repetir con alguno de sus proyectos la experiencia de ser finalistas en el Nobel Junior, como ya ocurrió en 2000 con otros trabajos de alumnos de este instituto.
Un buen ejemplo de una juventud que apuesta por el intercambio de experiencias con un colectivo que todavía tiene mucho que aportar: los mayores.