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"La crisis es así: trabajamos el doble para conseguir la mitad"

Entrevista a Remedios Navarro, directora gerente del Teatro de la Maestranza.

el 09 jun 2012 / 17:54 h.

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Remedios Navarro, gerente del Maestranza.

-¿Quiénes son más difíciles de llevar, los trabajadores a secas o los artistas?
-El trabajo es distinto. Hay que ser sensibles a las peculiaridades de los artistas. No hablan como un trabajador con contrato y ya está. La idiosincrasia de la creación y el aplauso del público los hace diferentes.

-La programación presentada para la próxima temporada ha sido alabada por la crítica y se ha elaborado con menos recursos. ¿Eso la convierte en una heroína?
-La programación es un 5% más que el año pasado. Y esto es así porque desde hace años este teatro tiene como objetivo incrementar la aportación de patrocinadores. Desde que comenzó la crisis, los ajustes en patrocinadores nos hicieron diseñar una nueva campaña de captación. Este es el día a día del teatro. La crisis es así: estamos trabajando el doble para conseguir la mitad. Pero sí es verdad que las empresas están receptivas a ese patrocinio y como éste se dedica íntegro a la programación por eso podemos incrementarla.

-Usted ha peleado por la fórmula del patrocinio, es su sello. ¿No se pensó en ella antes?
-Este teatro siempre ha tenido patrocinios. El mundo vocal atrae a las empresas. Mis dos caballos de batalla son el patrocinio y el público, al que hay que seguir dándole alegría y calidad para contar con su apoyo.

-Y lo han conseguido en una ciudad que, de entrada, no estaba muy acostumbrada a este tipo de oferta musical.
-Bueno, hay cien obras inspiradas en Sevilla. Algo de tradición había, pero sí es cierto que la Expo del 92 puso a Sevilla en primer orden. Y creo que es así porque aunque hayamos podido caer en cantidad nunca hemos defraudado en la calidad. Ese es nuestro sello.

-¿Cómo se le explica al público más ortodoxo la introducción de musicales en la oferta del teatro?
-Este teatro tiene una programación que se sostiene en dos pilares: la ópera y el sinfonismo. Pero se abre a otro tipo de espectáculos, como la danza, el flamenco, grandes recitales, pianistas... Ahora, además, hay musicales. Hemos tenido que ampliar en dos más los espectáculos programados porque saben que el sello Maestranza es la calidad. El público sabe que el musical Sonrisas y lágrimas va a verse con la máxima calidad posible.

-¿Cuánto ha influido en la respuesta del público la política de precios?
-Cada teatro va con su realidad, con la sociedad en la que está implantado. Aquí una entrada a 92 euros para ver una ópera como Madama Butterfly con la calidad que tiene... Estamos dos tercios por debajo del resto de teatros de nuestras mismas características.

-En cada presentación de programación incide en la necesidad de hacer coproducciones para ahorrar costes. ¿Cuánto supone esto para el Maestranza?
-Ópera 21 (Asociación de Ópera en España) nace en 1995 y desde entonces se ha fomentado la cooperación entre todos los teatros. Hasta ahora hemos hecho coproducciones dirigidas al público infantil. Los costes se aminoran. Por ejemplo, una producción para el público joven puede costar 100.000 euros y con esta fórmula podemos ahorrarnos hasta 70.000.

-Viendo los recortes en sanidad y en educación resulta milagroso que un teatro permanezca abierto.
-Uno de nuestros secretos es que en septiembre de 2009 hubo hechos, noticias, indicadores, que nos hicieron visualizar la crisis. Nos adelantamos al percibir que esta crisis era muy seria. En un primer momento, elaboramos un plan de austeridad y se tocaron todos los capítulos de gastos. En un segundo momento ya no podíamos tocar los gastos sin afectar a la estructura del teatro. Entonces lo que hicimos fue diseñar una estrategia para incrementar los ingresos: se programaron más conciertos, se diseñó una campaña de captación de patrocinadores, se pensó en un mayor uso del teatro y se subió el canon de alquiler.

-¿Cómo compaginar todo esto evitando una sobreexplotación de un espacio especialmente singular?
-La programación tiene que ser adecuada a la que ya tenemos cerrada en el teatro. Eso es ya un compromiso con el público, no se toca. El espacio lo exprimimos no lo explotamos [ríe].

-¿Qué efecto tiene en vuestras cuentas el hecho de que un juzgado haya declarado nula la bajada de un 5% del sueldo de los músicos de la orquesta?
-En diciembre de 2010, el Consejo de administración consideró esa bajada y paralelamente pidió que se negociara con el comité. Tras siete meses, éste interpuso un conflicto colectivo porque consideró que no era de aplicación a la orquesta al tratarse de una sociedad mercantil. El presupuesto de 2011 se aprobó antes de la sentencia. Ahora estamos obligados a actualizar los sueldos, como hicimos, pero de enero a noviembre queda una deuda con los trabajadores que en estos momentos estoy viendo cómo solucionarla porque no tengo para abordarla. Se están buscando los mecanismos. Hay además un desfase de las administraciones que, desde diciembre, todos... ¡Es que hay una crisis muy profunda! No puedo decir más que las administraciones están haciendo lo que pueden. Y desde diciembre se está trabajando para que esa merma en las aportaciones de las administraciones no afecte a la viabilidad del proyecto.

-Empezaba preguntándole por la relación con los artistas pero ¿cómo es con los políticos?
-No he tenido problemas. Son conscientes de que este teatro y esta orquesta son imprescindibles para el panorama artístico de Andalucía. Apuestan por este teatro. Otra cosa es la crisis tan profunda que hay. En realidad no tenemos problemas con nadie, nada más que con el dinero.

-¿Ha tenido que cantar muchas veces las cuarenta?
-Las veinte por lo menos.

-¿Cuál vislumbra que será el futuro del teatro?
-Tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos.

-¿Y estos pasan por menos dinero para ocio?
-Tenemos que ser más autosuficientes y elaborar planes plurianuales. A los teatros nos ha llenado de ilusión la anunciada ley de mecenazgo. Esperamos que sea flexible y moderna, que incentive las ventajas fiscales para las empresas con tal de que se impliquen más en el mecenazgo de la cultura. Esa es nuestra tabla de salvación.

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